A pesar de que los seres humanos nos reconozcamos como entes racionales capaces de analizar situaciones críticamente y tomar decisiones lógicas, algunas, como la provocada por el COVID-19, nos devuelven a la dura realidad. No estamos tan evolucionados o, parafraseando a Drucker, “Fear eats logic for breakfast”. En resumen, que el miedo sigue siendo una fuerza atávica tal que nos empuja a reaccionar, antes que pensar.