El aumento de las olas de calor y la expansión de sistemas de refrigeración ineficientes están disparando las emisiones en todo el mundo. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), optar por tecnologías de bajo consumo y soluciones pasivas no solo reduciría drásticamente los gases de efecto invernadero, sino que también garantizaría acceso vital a la refrigeración para millones de personas vulnerables. El nuevo informe Global Cooling Watch 2025, presentado durante la COP30, marca la hoja de ruta para avanzar hacia un modelo sostenible.