Imagina que un algoritmo determina si recibes un préstamo, si consigues un empleo o cuántas horas de cuidado médico necesitas. No es ciencia ficción: ya está sucediendo. En Arkansas, Estados Unidos, un error de codificación en un algoritmo redujo injustificadamente la cobertura de salud para pacientes con parálisis cerebral, asignándoles menos horas de cuidados intensivos de las que realmente necesitaban.