Desde 2014, más de 52.000 personas migrantes han perdido la vida huyendo de crisis humanitarias, según un nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El Mediterráneo central, con casi 25.000 desaparecidos, se mantiene como la ruta migratoria más letal del mundo. Estas cifras reflejan una realidad devastadora: miles de personas se ven forzadas a arriesgarlo todo cuando la inseguridad, la pobreza o los conflictos les cierran cualquier vía segura en sus países de origen.