En 2023, KLM eliminó 18,000 vuelos cortos —no por ley, sino porque su propósito "Mover personas, no aviones" chocaba con la realidad climática. Perdió €200 millones... pero ganó un 32% más de pasajeros en rutas largas. Este caso revela que el propósito auténtico premia cuando guía decisiones difíciles.