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El XIV Foro de Derechos Humanos y Empresas de la ONU, celebrado en Ginebra, reunió a más de 4.000 participantes para analizar cómo las compañías pueden reforzar su compromiso con los derechos humanos en un contexto marcado por crisis globales y rápidas transformaciones. Según informa el Pacto Mundial de la ONU, la cita dejó claro que la responsabilidad empresarial es hoy un elemento clave de competitividad.
Derechos Humanos y competitividad empresarial, dos cara de una misma moneda

El encuentro anual de Naciones Unidas volvió a situar a Ginebra como espacio central para debatir los desafíos que afronta el tejido empresarial en materia de derechos humanos. El Pacto Mundial de la ONU, que tuvo un papel activo en el foro, subraya que esta edición se centró en la necesidad de “acelerar la acción” en un momento en el que la tecnología, la geopolítica y la transición ecológica redefinen tanto los riesgos como las oportunidades.

La debida diligencia se consolidó como uno de los ejes principales del debate. Esta herramienta, basada en los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, se ha convertido en un estándar global para identificar, prevenir y reparar impactos negativos en personas y comunidades. Durante el encuentro se insistió en que integrar estos procesos en la estrategia corporativa reduce riesgos operativos, reputacionales y legales, a la vez que facilita acceso a financiación y refuerza la resiliencia empresarial.

Otro punto fuerte del foro fue el impacto de las nuevas tecnologías, en especial la inteligencia artificial. Si bien ofrecen un enorme potencial para mejorar procesos, también abren nuevos riesgos vinculados a la privacidad, los sesgos y la discriminación. Por ello, el Pacto Mundial remarcó la urgencia de marcos éticos sólidos que garanticen un uso responsable alineado con los derechos humanos.

La igualdad de género, la diversidad y la transición justa también ocuparon un lugar destacado en la agenda. Las empresas presentes coincidieron en que avanzar en estos ámbitos no solo responde a una demanda social, sino que mejora la competitividad al atraer talento, reforzar la confianza de los inversores y abrir nuevas oportunidades de mercado.

En paralelo a las sesiones principales, se desarrollaron espacios de trabajo colaborativo como el Think Lab sobre Debida Diligencia en Derechos Humanos, donde empresas y organizaciones como OIT, Shift, Fair Labor Association y UNDP compartieron experiencias y soluciones prácticas. Según destaca el Pacto Mundial, en este foro también se presentó la Guía Práctica para Empresas y Comunidades Afectadas, un recurso diseñado para ayudar a las compañías a fortalecer sus relaciones con los territorios donde operan.

Para quienes no pudieron asistir, el programa Business & Human Rights Accelerator ofrece una vía formativa para integrar la debida diligencia en la estrategia empresarial. Los resultados más recientes muestran que el 83% de las empresas participantes ya ha elaborado o prevé elaborar un plan de acción específico en derechos humanos.

En definitiva, el XIV Foro de Derechos Humanos y Empresas volvió a evidenciar que las compañías que sitúan los derechos humanos en el centro de su actividad no solo cumplen con estándares internacionales, sino que ganan competitividad y capacidad de adaptación. Una idea que, según el Pacto Mundial de la ONU, marcará el rumbo empresarial en los próximos años.

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