El nuevo informe presentado por SE Advisory Services y Spainsif pone de relieve un cambio de paradigma en el sistema financiero español: cada vez más entidades están incorporando la biodiversidad en su toma de decisiones. Según los datos, más del 50% de las instituciones ya aplican criterios de exclusión vinculados a la pérdida de biodiversidad, dejando fuera de sus carteras a empresas implicadas en la producción insostenible de aceite de palma, la tala ilegal o actividades con efectos perjudiciales sobre los ecosistemas.
No obstante, el ritmo de avance no es uniforme. Tal como señala el estudio, las entidades internacionales con presencia en España van un paso por delante en la adopción de marcos como el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD), el estándar global que orienta la gestión y comunicación de riesgos naturales. Estas entidades, además, otorgan mayor relevancia a los datos sobre biodiversidad a la hora de definir sus estrategias de inversión.
El informe también evidencia una evolución en el enfoque de los fondos españoles, que ya no se limitan a excluir sectores dañinos, sino que comienzan a invertir activamente en la restauración ambiental. La gestión forestal sostenible, la preservación de los recursos hídricos o la prevención de la deforestación figuran entre los temas más recurrentes. Esta tendencia se traduce en una mayor madurez del mercado, con metodologías consolidadas en las inversiones bursátiles, mientras que el capital privado y la banca avanzan de manera más gradual en la incorporación de criterios de naturaleza y biodiversidad en sus operaciones.
Entre las estrategias clave para movilizar capital privado, el estudio destaca tres vías principales: la gestión de riesgos como punto de partida, la financiación de transiciones corporativas hacia modelos más sostenibles y la creación de modelos de negocio que unan conservación y rentabilidad. Además, identifica instrumentos financieros emergentes —como los bonos y préstamos vinculados a resultados de conservación o los créditos de biodiversidad— que facilitan canalizar recursos hacia proyectos con impactos positivos en la naturaleza.
“La financiación de la biodiversidad está reformulando cómo los mercados valoran el riesgo y la oportunidad. Ya no basta con evaluar, hay que integrar la biodiversidad en las decisiones”, afirmó Fabien Chêne, director de SE Advisory Services Europa. Por su parte, Pablo Esteban, subdirector general de Spainsif, señaló que “la integración de la biodiversidad en la financiación se encuentra aún en una etapa incipiente que requiere de una acción urgente, comparable a la del cambio climático”.
A pesar de las dificultades para disponer de datos fiables, las instituciones más avanzadas están desarrollando métricas sectoriales y herramientas para medir la huella de biodiversidad, demostrando que la falta de información no es excusa para la inacción.
El informe —según informan Schneider Electric y Spainsif— concluye que la transición hacia una economía que valore y preserve la naturaleza ya está en marcha. Las organizaciones que comprendan que la financiación de la biodiversidad no pertenece al futuro, sino al presente, serán las que lideren esta nueva etapa de la inversión sostenible.
***El informe completo puede consultarse en: ‘Horizontes de la Financiación e Inversión en Biodiversidad 2025’.
