
El trabajo doméstico y de cuidados, columna vertebral del sostenimiento cotidiano en miles de hogares, sigue anclado en la precariedad en España. Según el informe Trabajo invisible y cuerpos rotos, presentado por Oxfam Intermón con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, más de 565.000 personas se dedican actualmente a este sector, el 87% de ellas mujeres, y casi un tercio lo hace en la informalidad.
La investigación revela que España concentra el 34,5% del total de empleadas de hogar y cuidados de toda la Unión Europea, liderando así la estadística del trabajo informal en este ámbito. De quienes desempeñan estas labores en el país, el 69% son extranjeras o tienen doble nacionalidad. Muchas trabajan en condiciones marcadas por la vulnerabilidad y el abandono institucional.
“Muchas de esas mujeres se ven obligadas a trabajar en régimen de interna, con jornadas interminables, sin apenas descansos ni apoyo familiar. Están solas y desprotegidas”, denuncia Nerea Boneta, autora del informe y experta en empleo de hogar y cuidados en Oxfam Intermón. “Ni siquiera se les reconoce el derecho al desempleo con carácter retroactivo. Es una clara negación de derechos”.
El salario medio ronda los 1.000 euros mensuales, y sólo cuatro de cada diez trabajadoras reciben la indemnización por despido que legalmente les corresponde. Además, un 32% no está dada de alta en la Seguridad Social, lo que limita su acceso a prestaciones básicas y deja a muchas de ellas en situación de pobreza estructural: el 37,7% tiene serias dificultades para llegar a fin de mes, y tres de cada diez no consiguen ingresos suficientes para salir de la pobreza, según apunta el informe.
La precariedad también pasa factura a la salud. Oxfam Intermón señala que el 90,6% de las trabajadoras ha sufrido dolores musculares, mientras que el 65,5% presenta síntomas de estrés y un 59,2% ansiedad. En la mayoría de los casos, el consumo de analgésicos se convierte en una rutina necesaria para sobrellevar las extenuantes jornadas laborales. El trabajo en domicilios particulares, además, impide inspecciones laborales eficaces y facilita situaciones de abuso: casi la mitad ha sido víctima de faltas de respeto, insultos o discriminación, y un 17% ha recibido proposiciones sexuales no deseadas.
La realidad expuesta por Oxfam Intermón exige una transformación profunda del sistema de cuidados en España. Entre las propuestas de la organización, elaboradas junto a colectivos de trabajadoras del hogar, destacan la equiparación en los derechos por despido, el control efectivo de las jornadas laborales, el reconocimiento de las horas extraordinarias y el acceso al desempleo con retroactividad.
“Es inaceptable que ser mujer y trabajar en el hogar y los cuidados signifique vivir con menos derechos y más pobreza”, subraya Boneta. El informe pone el foco en la necesidad urgente de construir un sistema público, universal y con enfoque de género que garantice derechos y condiciones dignas para quienes cuidan de la vida en los espacios más íntimos. Porque sin cuidados no hay sociedad posible, pero sin derechos, no hay justicia.
*Descarga el informe Trabajo invisible y cuerpos rotos.
**Oxfam Intermón está recogiendo firmas para una mayor dotación del sistema público de dependencia.