Puede que no imprimas nada desde hace tiempo y creas que con ello contribuyes a un planeta mejor. Sin embargo, podrías tener la bandeja de correo a rebosar de mensajes sin leer, tu galería de fotos en la nube plagada de versiones infinitas de la misma imagen, o la papelera de reciclaje del PC que se sale por los bordes. Si es así, por raro que parezca, participas activamente del cambio climático.