La inversión sostenible está ganando un impulso sin precedentes a nivel global, marcando una transformación significativa en el mundo financiero. Este fenómeno refleja una creciente conciencia entre los inversores sobre la importancia de alinear sus carteras con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). En lugar de centrarse únicamente en el rendimiento financiero, los inversores ahora consideran también el impacto social y ambiental de sus inversiones.
Esta es una de las principales conclusiones del último informe trimestral sobre el mercado de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad (bonos GSS) elaborado por Allfunds y MainStreet Partners, reconocido proveedor de datos ESG y de impacto. El informe destaca que el volumen total de emisión de bonos GSS en 2023 alcanzó los 862 mil millones de euros, acercándose a un máximo histórico de 4 billones de euros en emisiones totales de este tipo. Además, España, junto a países como Francia, Alemania, Países Bajos, Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón, Reino Unido e Italia, alcanzaron una cifra récord de 160.000 millones de dólares en emisión de bonos GSS en 2023, representando casi un tercio (31%) de los bonos verdes emitidos el año pasado.
Los expertos señalan que los emisores europeos dominan el mercado de bonos GSS con el 66% del volumen acumulado, seguidos por América (16%) y Asia (14%). En 2023, los bonos emitidos en euros representaron el 39% del volumen total, seguidos por los emitidos en dólares estadounidenses con un 29%. Las entidades financieras son las mayores emisoras de bonos GSS, con un 37% del volumen total en 2023, seguidas por empresas no financieras (27%) y gobiernos y supranacionales (18% cada uno).
Un dato clave del informe es que el transporte sostenible ha sido el principal beneficiario de esta transformación y crecimiento, recibiendo el 43% de los fondos obtenidos desde 2012. Esto representa el triple de la inversión concedida a proyectos de energías renovables por emisores no soberanos. En España, la inversión en transporte sostenible ha mostrado un notable incremento, siendo esta la categoría más financiada y triplicando su inversión desde 2012 por parte de los Estados. Ejemplos de esta tendencia incluyen el Bono Verde de 2019, que asignó fondos para subvenciones en el transporte público y proyectos de energía limpia, impulsando la sostenibilidad y la reducción de emisiones en el país.
Aunque los bonos soberanos suelen abordar una mayor variedad de tipos de proyectos, su menor atención a las energías renovables se traduce en una menor alineación con la Taxonomía Europea: 31% para los bonos soberanos frente a 59% para las empresas. En conclusión, la inversión sostenible no solo está cambiando la manera en que se invierte el capital, sino que también está influenciando positivamente a las empresas y a la sociedad en general. Este auge refleja una tendencia hacia una economía más justa, equitativa y responsable, impulsada por la creciente demanda de inversiones que no solo generen rendimientos financieros, sino que también promuevan un impacto positivo en el mundo.
El último informe destaca la alineación de los bonos soberanos con la Taxonomía de la Unión Europea y sus indicadores clave de desempeño (KPIs) de impacto. MainStreet Partners, en su análisis de los bonos verdes, sociales y de sostenibilidad (GSS), utiliza 21 Variables de Impacto para medir esta alineación. Entre estas variables, destacan tres indicadores principales:
La alineación con la Taxonomía de la Unión Europea ha sido crucial para atraer inversiones sostenibles en España. Los bonos verdes, en particular, muestran una alta conformidad con la Taxonomía, alcanzando un 61% de alineación. Esta conformidad no solo asegura la transparencia y credibilidad de las inversiones, sino que también refuerza el compromiso de España con la transición hacia una economía baja en carbono.
Además de los beneficios ambientales, los bonos sociales en España han financiado importantes iniciativas que abordan necesidades críticas en la sociedad. Estos incluyen proyectos de infraestructura social, apoyo a pequeñas y medianas empresas (PYMEs) y mejoras en servicios públicos, contribuyendo a una mayor cohesión y bienestar social. Con un entorno regulatorio favorable y una creciente demanda de inversiones sostenibles, se espera que España continúe su trayectoria ascendente en el mercado de bonos GSS. La colaboración entre el sector público y privado será clave para mantener este impulso y lograr los objetivos climáticos y sociales a largo plazo.
***Si deseas acceder al informe completo, puedes hacerlo desde aquí: GSS Bonds Market Trend, Spring 2024 by MainStreet Partners