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En la era moderna, la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad imperativa para las empresas que buscan no solo sobrevivir, sino prosperar en un mundo cada vez más consciente de su impacto ambiental y social. En este escenario, la doble materialidad y la comparabilidad de la información emergen como piedras angulares de la nueva normativa regulatoria, desafiando a las empresas a reevaluar sus prioridades y métodos de divulgación.
La revolución de la doble materialidad y la comparabilidad en los informes de sostenibilidad

Pero, ¿qué significa realmente la doble materialidad y por qué es tan crucial para el futuro de los informes de sostenibilidad? La evaluación de la doble materialidad no es simplemente un ejercicio de cumplimiento normativo; es una herramienta estratégica que permite a las empresas identificar y priorizar los impactos, riesgos y oportunidades (IROs) que son significativos tanto para su negocio como para sus partes interesadas. Este enfoque dual obliga a las empresas a considerar no solo cómo los factores ambientales y sociales afectan sus operaciones, sino también cómo sus actividades impactan al entorno y a la sociedad en general. En otras palabras, se trata de una visión holística que fusiona el interés propio con el bien común.

Para entender mejor este concepto, la materialidad debe ser vista como el criterio fundamental para determinar qué información se incluye en los informes de sostenibilidad. Este criterio se basa en tres pilares: la relevancia de la información, la capacidad de satisfacer las necesidades de los usuarios y la necesidad de transparencia en el interés público europeo. Estos pilares aseguran que la información divulgada sea no solo pertinente y útil, sino también transparente y accesible.

La guía de implementación IG1 Evaluación de Materialidad, publicada por el EFRAG, se presenta como una herramienta invaluable en este proceso. Aunque no es vinculante, proporciona un marco para que las empresas identifiquen cuestiones materiales, lo que resulta esencial en un panorama regulatorio donde la comparabilidad entre empresas sigue siendo un desafío. La ausencia de criterios específicos en esta guía significa que cada empresa debe desarrollar sus propios umbrales y criterios para evaluar los IROs, lo que puede llevar a variaciones significativas en los informes de sostenibilidad entre empresas del mismo sector.

Este enfoque personalizado permite a las empresas priorizar los temas que son más relevantes para su modelo de negocio y cadena de valor, pero también introduce una dosis de subjetividad en el proceso de evaluación. La variabilidad en los temas informados puede depender del tamaño de la empresa, su complejidad operativa y su estructura organizativa. Aunque existen estándares de reporte detallados como GRI y SASB, la subjetividad inherente a la evaluación de IROs implica que alcanzar la comparabilidad desde el inicio es una tarea compleja.

La aprobación de los NEIS sectoriales, recientemente aplazada a junio de 2026, es un paso hacia la estandarización y la comparabilidad. Estos estándares sectoriales abordarán los impactos, riesgos y oportunidades específicos de cada sector, proporcionando una base común para las empresas de un mismo sector y mejorando la consistencia y la calidad de los informes de sostenibilidad. Sin embargo, hasta que estos estándares sean implementados y adoptados, las empresas deben navegar por un panorama de divulgación que aún está en evolución.

Entonces, ¿qué deben informar las empresas en este contexto? Independientemente de los resultados de su evaluación de materialidad, las empresas están obligadas a divulgar la información requerida por el ESRS 2 Divulgaciones Generales. Esto incluye todos los Requisitos de Divulgación y puntos de datos especificados en el ESRS 2, así como los Requisitos de Divulgación relacionados con el Requisito de Divulgación IRO-1. Para cada tema evaluado como material, las empresas deben divulgar información de acuerdo con los requisitos de divulgación específicos de las ESRS temáticas y sectoriales correspondientes.

En conclusión, la doble materialidad y la comparabilidad de la información representan un desafío y una oportunidad para las empresas. La capacidad de adaptarse a este nuevo marco regulatorio no solo determinará su capacidad de cumplir con las normativas, sino también su habilidad para generar confianza y valor a largo plazo. En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más crucial, las empresas que adopten un enfoque transparente y coherente en sus informes estarán mejor posicionadas para liderar el cambio y asegurar su éxito futuro.

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