Ernesto Sábato, que era un hombre sabio, nos dejo una hermosa reflexión cuando escribió que “hay una manera de contribuir al cambio, y es no resignarse”. En eso deberíamos estar, y no en preocupaciones estériles que se agotan en si mismas y nos llevan a ninguna parte. Muchas veces olvidamos que el mundo no se acaba en el lugar donde alcanzan nuestros ojos: siempre hay un horizonte más allá y lo importante es perseguirlo honestamente, o intentarlo al menos, y no es fácil.