Un médico me contó una vez que, frecuentemente, los pacientes con obesidad decían que no entendían por qué la tenían: “Si no tomo azúcar, ni pan, ni pastas, ni patatas…”. “¿Y alcohol?”, les preguntaba. “Ah, eso sí; dos copitas de vino en la comida y en la cena, una cerveza o dos al llegar a casa, un gin tonic como aperitivo…”. Y, claro, no entendía por qué estaba gordo. Moraleja: no se puede hacer una dieta de adelgazamiento que sea parcial