Cada vez con más claridad podemos reconocer cómo se propone el diseño de productos como vía para el emprendimiento. Una propuesta irresponsable de quien la hace en esos términos.
Cuando se diseñan productos estamos trabajando sobre una parte de la empresa exclusivamente. Creamos herramientas vacías de objetivos que esperamos provoquen una demanda o tengan la suerte de encontrarla, pues suelen ser construcciones desde la oferta. Propuestas distantes del conocimiento de la necesidad y carentes de un objetivo que le aporte coherencia, resiliencia y capacidad de desarrollo.