Elena Valderrábano directora de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica, explica que “en el marco de nuestro compromiso con los derechos fundamentales de privacidad y libertad de expresión publicamos el informe de transparencia de las telecomunicaciones. Este compromiso requiere que seamos abiertos y transparentes”.
Así, en el informe, se señala que la garantía de los derechos fundamentales de las personas, y en particular la privacidad y la libertad de expresión, adquieren en el mundo digital una nueva dimensión cuando a través del uso de las nuevas tecnologías se recogen y gestionan datos personales.
Hace cinco años, en 2013, Telefónica llevó a cabo una evaluación de impacto de Derechos Humanos en todos sus mercados “para incorporar de forma decidida las conclusiones en la definición de las políticas y procedimientos internos de la compañía. Como parte de nuestra debida diligencia, en 2016 iniciamos una actualización de nuestra evaluación de impacto en Derechos Humanos”. Con ello, se pretende “comprender los impactos potenciales derivados de nuestra estrategia, de las nuevas actividades del Grupo, y de un entorno digital en constante cambio”.
Entre los posibles impactos asociados, en lo referente a la privacidad y la libertad de expresión, se han identificado la seguridad de productos y servicios soportados en la Red; el respeto del derecho de libertad de expresión en la divulgación de información en la Red; la divulgación de información suficiente y transparente sobre mecanismos de recolección y tratamiento de los datos y el uso legítimo de los datos personales.
Aprobada en el 2013 y actualizada en el 2016, la política de privacidad forma parte de la estrategia de Telefónica para diseñar una nueva experiencia digital basada en la confianza. “Esta política establece el modo en que se protege la privacidad de nuestros clientes y de cualquier persona que nos confíe sus datos personales, así como unas normas de comportamiento común obligatorias para todas nuestras regiones y entidades, y un marco para una cultura de privacidad”, dice el informe. Y detalla los tres pilares en los que está basada, que son la autorregulación de los derechos y la seguridad de los usuarios más allá de las leyes locales e internacionales, la privacidad como motor de la confianza y atributo clave de Telefónica y la privacidad como facilitador de la innovación, el bienestar y la prosperidad en el mundo digital.
Para su coordinación e implantación, el Grupo cuenta con un CPO (Chief Privacy Offier), que reporta directamente al Consejo de Administración de la compañía. Además cada operadora país cuenta con un responsable local.
Por otro lado, Telefónica recuerda que tal y como ocurre en otras empresas del sector, recibe solicitudes de información referidas a las comunicaciones de clientes o usuarios, solicitudes de bloqueo de acceso a ciertos sitios o contenido o solicitudes de filtrado de contenidos, o solicitudes con el objetivo de suspender temporalmente el servicio en determinadas zonas (por ejemplo en caso de disturbios o de orden público), cursadas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, organismos gubernamentales y juzgados. De ahí que en este Informe de Transparencia en las Comunicaciones se muestre el procedimiento de tratamiento de las solicitudes que Telefónica aplica dentro de la legalidad y con respeto a la privacidad, la libertad de expresión y el secreto de las comunicaciones de sus usuarios. Y subraya que “cuando no aportamos datos, explicamos por qué no los aportamos”.