Recuerdo la primera vez que escuché a Al Gore hablar sobre el calentamiento global en un Congreso en Mallorca allá por octubre del 2007, hace ya casi catorce años. Entre los asistentes aún eran muchos los escépticos y en los medios, la repercusión, como de costumbre, se centró en lo anecdótico, las famosas declaraciones del primo de un político. Probablemente en ese momento no interesaba poner el foco en la fragilidad de nuestro ecosistema y lo que conllevaría no tomar medidas de inmediato. Sin embargo, en la actualidad, vemos como los fenómenos meteorológicos “El Niño y La Niña”, fruto de lo que la actividad humana ha hecho a este planeta, está arrasando nuestro bien más valioso: la Tierra.