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La comisión parlamentaria de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria ha aprobado el pasado mes de julio, por 60 votos a favor, 2 en contra y 13 abstenciones, la propuesta de reglamento de la Comisión sobre productos libres de deforestación para frenar la deforestación mundial impulsada por la UE.

La deforestación es uno de los problemas medioambientales más graves actualmente.La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que entre 1990 y 2020 se perdieron 420 millones de hectáreas de bosque -una superficie mayor que la de la UE- a causa de la deforestación. Se calcula que el consumo de la UE representa alrededor del 10% de la deforestación mundial.

Para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad a nivel mundial, las y los eurodiputados de Medio Ambiente quieren que sólo se permitan en el mercado de la UE los productos libres de deforestación. Es por ello, que la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria ha aprobado el pasado mes de julio, por 60 votos a favor, 2 en contra y 13 abstenciones, la propuesta de reglamento de la Comisión sobre productos libres de deforestación para frenar la deforestación mundial impulsada por la UE.

Esta nueva norma obligaría a las empresas a verificar (lo que se denomina "diligencia debida") que los productos vendidos en la UE no se han producido en tierras deforestadas o degradadas. Esto garantizaría a los consumidores que los productos que compran no contribuyen a la destrucción de los bosques fuera de la UE, incluidos los bosques tropicales irremplazables, y por lo tanto reduciría la contribución de la UE al cambio climático y la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.

Asimismo, las y los eurodiputados piden que las empresas verifiquen que los productos se producen de acuerdo con los derechos humanos protegidos por el derecho internacional y los derechos de los pueblos indígenas, además de las leyes y normas pertinentes en el país donde se producen los productos. La propuesta de la Comisión incluye el ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja y la madera, así como los productos que contienen, se han alimentado o se han fabricado con estos productos (como el cuero, el chocolate y los muebles).

La Comisión tendría que evaluar, a más tardar dos años después de la entrada en vigor, si es necesario ampliar las normas a otras mercancías como la caña de azúcar, el etanol y los productos mineros, y la viabilidad de hacerlo. Los eurodiputados también quieren que cubran otros ecosistemas naturales como praderas, turberas y humedales, si la Comisión lo considera oportuno, en el plazo de un año tras la entrada en vigor. Por último, los eurodiputados también quieren que las instituciones financieras estén sujetas a requisitos adicionales para garantizar que sus actividades no contribuyen a la deforestación.

Cabe destacar que, si bien no se prohibirá ningún país o materia prima, las empresas que comercialicen productos en el mercado de la UE estarán obligadas a ejercer la diligencia debida para evaluar los riesgos en su cadena de suministro. Podrán, por ejemplo, utilizar herramientas de seguimiento por satélite, auditorías sobre el terreno, capacitación de los proveedores o pruebas isotópicas para comprobar la procedencia de los productos. Las autoridades de la UE tendrían acceso a la información pertinente, como las coordenadas geográficas. Los datos anonimizados estarían a disposición del público. Sobre la base de una evaluación transparente, la Comisión tendría que clasificar los países, o parte de ellos, en riesgo bajo, estándar o alto en un plazo de seis meses a partir de la entrada en vigor de este reglamento. Las importaciones procedentes de países de bajo riesgo estarán sujetas a menos obligaciones.

Tras la votación, el ponente Christophe Hansen (PPE, LU) expresó: "Nos tomamos en serio la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Reconociendo que la UE es responsable de alrededor del 10% de la deforestación mundial, no tenemos más remedio que redoblar nuestros esfuerzos para detener la deforestación mundial. Si conseguimos el equilibrio adecuado entre ambición, aplicabilidad y compatibilidad con la OMC, esta nueva herramienta tiene el potencial de allanar el camino hacia unas cadenas de suministro sin deforestación."

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