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Una investigación de Fundación Naturgy y el Centro Reina Sofía de Fad Juventud revela que el 45% de los jóvenes entre 15 y 19 años en España ha estado expuesto a bulos sobre sostenibilidad y cambio climático. El informe alerta sobre el papel de las redes sociales como principal canal de desinformación y subraya la urgencia de reforzar la educación ambiental y mediática.
La juventud española, en el epicentro de la desinformación climática

Las redes sociales se han consolidado como la principal vía de acceso a la información medioambiental para los jóvenes en España, pero también se han convertido en un potente canal de desinformación. Así lo advierte el estudio “Medioambiente y desinformación. Percepciones juveniles sobre la energía y la sostenibilidad”, elaborado por Fundación Naturgy y el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, que analiza cómo percibe la juventud entre 15 y 19 años los mensajes que recibe sobre sostenibilidad.

El informe revela datos preocupantes: casi la mitad (45%) de los jóvenes afirma haber estado expuesta a bulos medioambientales en el último año, aunque solo el 19% se siente realmente capaz de detectarlos con seguridad. Esta vulnerabilidad se ve amplificada por la velocidad de circulación de las noticias falsas y la sobrecarga informativa que caracteriza a las plataformas digitales.

Las redes sociales, un arma de doble filo

Para el 53% de la juventud encuestada, las redes sociales son su principal fuente de noticias sobre sostenibilidad, por encima incluso de la televisión (51%). Sin embargo, el 54% también reconoce que es en estas plataformas donde circulan más bulos relacionados con el cambio climático, desde desinformaciones sobre los coches eléctricos hasta teorías conspirativas como los “chemtrails” o las “ciudades de 15 minutos”.

Este fenómeno plantea un doble reto: no solo es necesario garantizar que la juventud acceda a información veraz, sino también fortalecer sus competencias para contrastar y filtrar lo que consumen online. Como señala el estudio, no toda la juventud se enfrenta a los bulos en igualdad de condiciones: factores como la edad, el género o el nivel educativo influyen en la capacidad de detección.

A pesar de la exposición a contenidos engañosos, una amplia mayoría (83%) de los jóvenes españoles cree en la existencia del cambio climático. Sin embargo, el estudio detecta diferencias significativas en las interpretaciones: si bien solo un 5% lo niega de forma rotunda, existen posturas que lo atribuyen exclusivamente a causas naturales, restando peso a la responsabilidad humana. Esta percepción puede debilitar el compromiso con la acción climática.

Una educación ambiental insuficiente

El análisis de Fundación Naturgy y Fad Juventud pone el foco también en las carencias del sistema educativo. Un 46% de la juventud declara haber recibido escasa formación ambiental durante su etapa escolar. Además, el conocimiento sobre sostenibilidad y energía mejora con la edad: mientras el 28% de los jóvenes entre 16 y 20 años muestra bajos niveles de conocimiento en estos temas, esa cifra se reduce al 14% en el grupo de 26 a 29 años.

Este dato refuerza la idea de que la educación ambiental no está logrando un impacto temprano y efectivo. Reforzar estos contenidos en los primeros ciclos educativos es clave para formar una ciudadanía crítica y preparada frente a la desinformación. El estudio combina diferentes técnicas —revisión documental, escucha activa en redes sociales y encuestas— para ofrecer una radiografía precisa de cómo la juventud percibe y enfrenta la desinformación climática. Los resultados permiten identificar los focos más habituales de bulos y orientar políticas públicas, programas educativos y campañas de sensibilización para combatirlos.

Construir marcos educativos para una transición justa

Los responsables del estudio subrayan que la lucha contra el cambio climático no puede desligarse de la calidad de la información que recibe la ciudadanía. Según destaca Fundación Naturgy, es prioritario seguir impulsando iniciativas educativas que lleguen a los más jóvenes, incluso a través de los canales digitales que más utilizan.

Fad Juventud, por su parte, hace hincapié en que sensibilizar no es suficiente: es imprescindible ofrecer herramientas concretas de pensamiento crítico para que los jóvenes puedan ejercer un papel activo e informado en la transición ecológica. En palabras recogidas durante la presentación del informe, la diversidad de realidades juveniles exige respuestas igualmente diversas, adaptadas a sus preocupaciones, entornos y modos de consumo informativo.

La desinformación climática representa una amenaza real para la acción ambiental. Frente a ello, el estudio de Fundación Naturgy y Fad Juventud ofrece una hoja de ruta clara: mejorar la educación ambiental, fortalecer las competencias mediáticas y acercar los mensajes científicos de forma comprensible y rigurosa. Solo así será posible empoderar a la juventud y convertirla en un motor clave para afrontar los retos ecológicos del presente y del mañana.

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