Con la llegada del frío en muchos países, también llega una oleada de voluntarios dispuestos a aliviar el sufrimiento de quienes viven en las calles, ya sea por elección o necesidad. En un momento cruel que deja muchas víctimas a su paso, estos voluntarios no solo ayudan a calentar cuerpos, sino que también salvan vidas con sus acciones. Un suéter, un plato de comida caliente, una bebida reconfortante y unas palabras de cariño pueden parecer gestos pequeños, pero para muchos son todo lo que tienen.