La generación y consumo de energía, esenciales para mantener unas condiciones de vida adecuadas y para alimentar las economías globales, supone entre un 65 y un 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, cualquier intento de reducir los efectos dañinos del cambio climático pasa necesariamente por descarbonizar la matriz energética; esto es, por reducir las emisiones de CO2 y metano que se producen al generar y consumir energí¬a. De hecho, para poder alcanzar los compromisos recogidos en el Acuerdo de Parí¬s, la descarbonización del sector energético debería ser completa a nivel global para 2050.