Según el informe titulado Unidos por la Ciencia, 2023 fue el año más cálido jamás registrado, superando anteriores récords por un amplio margen, y todo indica que los primeros ocho meses de 2024 seguirán la misma tendencia. Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, subrayó que “la ciencia es inequívoca: estamos muy lejos de alcanzar los objetivos globales para frenar el cambio climático”.
La comunidad científica coincide en que las metas planteadas en acuerdos como el Acuerdo de París aún no son suficientes para mitigar los efectos del calentamiento global. Saulo urgió a los líderes mundiales a tomar “medidas audaces y rápidas” no solo para mitigar los daños actuales, sino para promover un desarrollo sostenible que pueda revertir esta preocupante tendencia.
El llamado de Saulo llega en medio de una serie de desastres naturales cada vez más frecuentes e intensos, muchos de los cuales se han vinculado directamente con el cambio climático. En las últimas semanas, incendios forestales devastaron varias regiones de América Latina y Portugal, mientras que la tormenta Boris provocó catastróficas inundaciones en Europa Central. De forma similar, el tifón Yagi ha causado daños severos en Vietnam, Myanmar y otros países del sudeste asiático. Estos eventos demuestran que la crisis climática no es un fenómeno a futuro, sino una realidad actual que ya está impactando la vida de millones de personas.
Tecnologías emergentes y su papel en la lucha contra el cambio climático
En un contexto de creciente desesperación, la tecnología emerge como un rayo de esperanza. Saulo destacó el papel crucial que las innovaciones tecnológicas, como la inteligencia artificial (IA) y la observación satelital, están jugando para mejorar la predicción meteorológica y la respuesta ante desastres naturales. Estas herramientas, señaló, están haciendo que la predicción del clima sea “más rápida, precisa y accesible”. El uso de la IA permite, por ejemplo, procesar grandes cantidades de datos en tiempo real, lo que facilita la creación de simulaciones y modelos climáticos más detallados.
Asimismo, la secretaria general de la OMM destacó los avances en tecnologías satelitales, que han permitido un monitoreo más preciso de las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero y los sumideros de carbono. La introducción de conceptos como los “gemelos digitales”, que replican entornos físicos en un entorno virtual para prever escenarios y planificar acciones, y el uso de realidad virtual para educar y sensibilizar a la población, son herramientas clave en la lucha por un futuro más sostenible.
Acciones coordinadas para un futuro sostenible
A pesar de estos avances tecnológicos, Saulo fue enfática al señalar que la tecnología por sí sola no será suficiente para resolver la crisis climática. La cooperación internacional es esencial para que estos avances puedan beneficiar a todas las naciones, en especial a aquellas más vulnerables al cambio climático. “Debemos compartir conocimientos y tecnologías en eventos como la Cumbre del Futuro”, dijo Saulo, refiriéndose a la próxima reunión de líderes globales en Nueva York, donde se espera que los jefes de Estado revisen sus compromisos climáticos.
El informe resalta que, aunque se han logrado avances en la reducción de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, la brecha sigue siendo significativa. Las emisiones, que se esperaban aumentar un 16% entre 2015 y 2030, ahora solo aumentarán un 3%. No obstante, para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, las emisiones en 2030 deben reducirse en un 42% respecto a los niveles actuales.
A pesar del sombrío panorama, el informe ofrece una luz de esperanza: los avances tecnológicos, combinados con un compromiso global renovado, podrían marcar la diferencia entre un futuro devastado por desastres naturales y un mundo resiliente y preparado. Los próximos años serán decisivos para determinar si se logrará frenar el avance del cambio climático, o si la humanidad sufrirá las consecuencias de no actuar con la rapidez y la urgencia necesarias.
*Fuentes: Informe "Unidos por la Ciencia", Organización Meteorológica Mundial (OMM).