La toma de decisiones informada por parte de los distintos actores que interactúan en medio de esta complejidad es clave para superar los grandes retos globales, como es el acceso a una energía sostenible y asequible para todos (ODS 7) ejemplificado en la Figura 1:
Figura 1: Motores y Marcos vs. Factores micro–específicos y macro–sistémicos necesarios para el logro del ODS7[1]
Si nos ponemos en la perspectiva de un gobierno, éste necesita incorporar en el análisis de cómo dar acceso un servicio adecuado en cantidad y calidad para cada usuario (pilar 1) según sus necesidades, preferencias o prioridades, el detalle de alternativas tecnológicos (especialmente aquellas más eficientes y disruptivas, muchas veces fruto del proceso innovador global y local).
La existencia de modelos de negocio, impulsados por la revolución digital, para la población mas desfavorecida (la base de la pirámide) también es en muchos casos fruto del propio dinamismo de estas sociedades (la penetración de los pagos por móvil fue mucho más rápida en Kenia que en muchos países “desarrollados”, a pesar de tener que superar elevados índices de analfabetismo y muy bajas tasas de penetración del sistema financiero[2]).
Toda esta revolución en el acceso a bienes y servicios esenciales (medios de ingresos, comida, salud, educación, agua y saneamiento, energía…) así como para proporcionar unas condiciones esenciales para el empleo, la sostenibilidad de las comunidades, la igualdad de género, un medio ambiente sano, paz y seguridad… se resumen en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En consecuencia, dicho acceso pasa primero por entender cómo los procesos de desarrollo (pilar 2) se encarnan en cada comunidad local, requieren de su participación, utilizan y optimizan sus recursos, adecuándose a su capacidad económica o de pago y proporcionando servicios esenciales como la micro-financiación. En resumen, atienden a la multi-dimensionalidad del desarrollo que propugnó Amatya Sen en el trabajo que le llevó a ganar el Premio Nobel de Economía en 1998[3].
Desentrañar esta complejidad entre lo macro y lo micro, lo global y lo local, necesita de herramientas, metodologías y análisis que permitan (pilar 3) una planificación de las actuaciones a gran escala. En ellas se debe establecer unos niveles mínimos de acceso a toda la población y a mínimo coste, con diferentes modos de electrificación, en red y fuera de la red (modelos descentralizados distintos del enfoque tradicional de extensión de red). Es un requisito sine qua non para que dichas entidades empiecen a promover este proceso, con deuda concesional, ayudas a fondo perdido e inversión privada, que permitan acelerar este proceso. El portfolio de proyectos de este plan se traduce en un modelo de negocio y financiero sostenible y fiable, que permite la financiación y la atracción de inversión privada incluso cuando la existencia de una brecha de viabilidad haga necesarios (como es casi inevitable en la electrificación de zonas rurales aisladas también en los países desarrollados, a pesar de las nuevas tecnologías) de subsidios explícitos o implícitos (cruzados) al sector eléctrico. Todo ello se enmarca en un diseño regulatorio adecuado para los países en desarrollo, que establezca claramente los derechos y obligaciones de los diferentes actores, permitiendo el logro de los objetivos de política y a la postre en su conjunto de desarrollo en todas sus dimensiones.
Sin embargo, estos tres pilares anteriores – los motores de cambio (1), el marco local de desarrollo (2) y el marco general regulatorio, político y financiero (3) – resultan inútiles totalmente en ausencia del cuarto pilar, que son los actores/motores de cambio (4). Articular la toma de decisiones de clientes, gobiernos, compañías, tercer sector, instituciones financieras y organismos multilaterales (como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y otras agencias), entre otros, necesita de conciliar culturas, valores y visiones compartidas[4], articulándolos en torno a un objetivo común. Y es aquí donde reside el mayor reto a la hora de alcanzar el ODS-7.
La implicación de actores de electrificación, entidades de desarrollo, financiación pública e inversión privada, se ha engranar completamente en torno a esa visión y objetivo común. Aunque no es fácil en la práctica, que requiere en primer lugar un liderazgo claro por parte del gobierno, que establezca la planificación, regulación y marco de política energética y financiera adecuados para la articulación de los actores. El rol del gobierno es crítico además por varios motivos, el primero de ellos es que tendrá que poder conceder la garantía soberana a la deuda concesional otorgada por entidades de desarrollo, sin la que el plan no puede hacer frente a toda la inversión en el tiempo previsto y conseguir una estabilidad económica en el largo plazo.
[1] Adaptado de González García, A. y Pérez Arriaga, I. “Sistemas integrados de suministro eléctrico aislado y conectado a la red: innovación y gobernanza organizativa para el acceso universal”. Revista de Economía Industrial [en línea]. 2018, nº 408, pp. 101-112. Disponible en web: http://www.minetad.gob.es/Publicaciones/Publicacionesperiodicas/EconomiaIndustrial/RevistaE conomiaIndustrial/408/GONZALEZ%20Y%20P%C3%89REZ.pdf
[2] Ver la introducción de David Cracknell https://www.linkedin.com/pulse/m-pesa-case-study-david-cracknell/ y el artículo completo de Njuguna Ndung’u, en su perspectiva como regulador, en:
https://aercafrica.org/latest-news/a-digital-financial-services-revolution-in-kenya-the-m-pesa-case-study/
[3] Sobre cómo ser un “ciudadano del mundo” desde la perspectiva de Sen (que es heredera, como él mismo dice, del pensamiento de Rabindanaz Tagore en cuya escuela nació), ver el libro “Home in the World” y la entrevista a propósito su lanzamiento en: https://www.ft.com/content/2a4096b4-4fef-4d6e-bd14-e30cff8426e1
[4] Ver la charla TED de Michael Porter sobre “¿Por qué las empresas pueden resolver problemas sociales?”: https://www.ted.com/talks/michael_porter_the_case_for_letting_business_solve_social_problems/transcript?language=es
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