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Con todos los sucesos ocurridos este 2020, lograr un bienestar social, económico y medioambiental a nivel global se ha convertido, ahora más que nunca, en la meta a la que todo ciudadano y organización aspira. Como herramienta para facilitar este camino, resurgen como prioridad en la agenda global los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El cumplimiento de la Agenda 2030 es un reto enorme para el que deberemos rendir cuentas en apenas 10 años. Queda poco tiempo y mucho por hacer, por eso, desde Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, creemos necesario repasar el método de actuación para obtener el éxito en esta tarea común donde las empresas juegan un rol de gran relevancia.

En este proceso de reflexión, me parece importante recordar que lo último no siempre es lo menos importante. De hecho, el ODS 17 – Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, es considerado como el objetivo que cohesiona y marca un camino sobre el que avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030 en su conjunto. El compromiso y la colaboración de entidades tanto públicas como privadas es esencial para aunar fuerzas y lograr, entre todos, estas ambiciosas metas.  Y esto es precisamente lo que convierte a las alianzas en la línea base y meta fundamental para conseguir el éxito en el resto de objetivos.

No cabe duda, que todo reto global solo se alcanzará con alianzas y creación conjunta. Adelantándonos a esta misma idea, Corporate Excellence nació basado y construido sobre alianzas desinteresadas entre empresas, directivos, consultoras, escuelas de negocio y universidades, creando un ecosistema de conocimiento que a posteriori Kaplan, Nolan y Norton describieron como The Creative Consulting Company. Pero, el mejor ejemplo del poder de las alianzas lo hemos tenido frente a nosotros los últimos meses: conseguir una respuesta alineada y transversal en medio de COVID-19 ha sido la clave para lograr navegar esta crisis; sobre todo, en los ámbitos más afectados como el sanitario y el económico. Pues bien, esa misma respuesta conjunta y alineada es la que necesitamos para acercarnos a la Agenda 2030 y poder aspirar a un bienestar global. Aunar esfuerzos, coordinar iniciativas y trabajar en conjunto nos permitirá alcanzar el éxito en estas metas comunes.

Las consecuencias de la actual pandemia y su consiguiente crisis pueden provocar dificultades económicas a nivel global y, junto con ello, el crecimiento de desigualdades. Covid-19 amenaza con hacernos retroceder en aquellos avances que se han hecho de cara a 2030: como el medioambiente o las desigualdades sociales. Por eso es más relevante que nunca poner el foco en la creación de valor compartido y en no dejar a nadie atrás en este proceso de recuperación.

Uno de los actores más relevantes en esta transformación son sin duda las empresas, especialmente aquellas con gran impacto nacional e internacional que generan un efecto tractor a su alrededor. Como fundación empresarial, desde Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, queremos aprovechar esta oportunidad para promover y reivindicar un cambio en la interacción de las empresas a nivel mundial. Ninguna organización conseguirá por si sola el logro de los ODS, ni le corresponde ese papel, pero podemos convertirnos en esa palanca que una a diferentes actores y allane el camino hacia la consecución de la Agenda 2030.

Todo el nuevo contexto nos demanda unidad, colaboración y un diálogo fluido en el que podamos ayudarnos y enseñarnos unos a otros. Esta es la filosofía con la que surgió el think tank al que yo represento. Como os adelantaba, en Corporate Excellence, llevamos casi 10 años cohesionando un complejo ecosistema de alianzas que impulsa la buena gestión de los intangibles como vía para la excelencia empresarial. Reunimos a las principales empresas del Ibex 35 para trabajar en conjunto apoyados en el conocimiento de grandes consultoras, universidades y escuelas de negocio. Gracias a esto, hemos logrado que compañías de sectores tan relevante como la banca, el retail o telecos, olviden las competencias de negocio para potenciar el aprendizaje colaborativo: aquí los conocimientos, dudas y mejores prácticas entorno a reputación, marca, propósito, comunicación, sostenibilidad, ética y transparencia se comparten.

Esta mirada de colaboración desinteresada, que a veces parece utópica, en realidad no sólo es posible, sino necesaria. Compartir conocimiento de forma altruista ha fortalecido a las grandes empresas españolas y a los profesionales que las componen, dándoles herramientas para avanzar hacia una nueva economía. Y como con toda crisis llega una oportunidad, ahora tenemos la posibilidad de aprovechar ese know-how para contribuir a la transformación de la concepción del negocio post-covid y a trabajar desde un propósito que genere valor para todos los stakeholders, maximizando el impacto positivo en nuestras comunidades.

La coherencia es esencial para generar vínculos de confianza sólidos y duraderos en este camino hacia la excelencia y la contribución al bienestar global. ¿Es coherente con nuestro propósito que las empresas trabajen sin dialogo con la sociedad? ¿Y con la competencia? ¿Y con la administración pública? Trabajar de manera mancomunada, además de ser la vía para la consecución del ODS 17 y de todos las metas de la Agenda 2030, es dar un sentido de coherencia a aquello que declaramos ser. Y es que lo importante es el ser, no solo el decir.

En este difícil 2020, el mayor aprendizaje es que: todo lo que se haga hoy, será recordado en el futuro por los distintos públicos; y lo que no se haga también. Los actos impactarán, por exceso o por defecto, en nuestra reputación y en la relación o concepción que nuestros stakeholders adquieran de nosotros. Nuestros grupos de interés esperan que las empresas también sean parte de la solución en este entorno de múltiples crisis: la climática, la sanitaria, la económica, la social –incluyendo las desigualdades, la inclusión y el acceso a la educación o a la tecnología–, e incluso la política. Es el momento de reflexionar y encontrar nuestro papel en esta búsqueda de la solución, siempre actuando en coherencia con los valores y la actividad de la empresa. 

Si el rol y las metas que nos fijemos en este camino son similares o compartidas con otras entidades, será el momento de darnos cuenta de que en el camino al 2030 no es una carrera en solitario, sino que avanzamos en una barca con remos donde está en manos de cada uno empujar hacia esa dirección común. La fuerza y la motivación de cada uno contribuye al colectivo para llegar a puerto. Esa conexión pasa por encontrar aliados que tengan las mismas metas, y trabajar juntos. 

Por último, y antes de avanzar en este camino, olvidemos a la RSE como un elemento añadido al negocio preexistente y repensemos nuestra actividad desde la raíz para conseguir dar respuestas reales a las necesidades y problemas del entorno. Este cambio en la manera de pensar y de operar es un paso de lo táctico a lo estratégico: los objetivos de las distintas empresas deben ser facilitadores o conectores en un engranaje cada vez más complejo y multidisciplinar hacia el bienestar colectivo que forman los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En Corporate Excellence, creemos por experiencia propia, que las grandes cosas se pueden lograr colaborando y cocreando. Como bien indica nuestro nombre, queremos que esta nueva forma de hacer empresa que ayudamos a forjar desde nuestra fundación sea una práctica común para lograr la excelencia corporativa, pasando por la construcción de alianzas y alcanzando así el cumplimiento de toda la Agenda 2030.

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