Debido a los diversos casos de corrupción en el ámbito local español y la desafección política resultante, los municipios deberían ir más allá de la transparencia e implementar de manera de facto códigos de conducta que sirven como la base de un programa de buen gobierno. Un código bien implementado puede mejorar el funcionamiento, la cultura ética y la integridad institucional del ayuntamiento y por consiguiente, la imagen que los ciudadanos tienen de ello