Aunque pudiera sonar obvio, es necesario recordar que las empresas están sujetas a lo que sucede en el entorno político, pero no como sujetos pasivos, sino como agentes activos y que de alguna manera pueden influir, a veces mucho a veces poco, para bien o para mal en la sociedad. Aunque también si así lo prefieren, manejarse de manera autista pensando solamente para sí misma, protegiendo solamente los intereses de sus dueños o accionistas