Algunos creemos que la solución a muchos de los males que nos aquejan está donde siempre ha estado: en la sabiduría y en las Universidades, en el saber y en el conocimiento. Es decir, en la Educación, que constituye, como afirma Nuccio Ordine, “el líquido amniótico ideal” en el que las ideas de democracia, libertad, justicia, igualdad, ciudadanía, derecho a la crítica, solidaridad, tolerancia y bien común –que no es público ni tampoco privado– pueden experimentar un vigoroso desarrollo.