Me atrevería a afirmar que todas las concepciones de la empresa siguen el mismo patrón, tratando a contestar tres preguntas, que venimos haciéndonos desde el famoso artículo de Coase (1937): por qué existen empresas, hasta dónde llegan las empresas (o sea, que se hace dentro de la casa y qué se hace fuera), y cómo se organizan las cosas en la empresa