En el ámbito de la electrónica de consumo, la sostenibilidad enfrenta numerosos desafíos complejos, destacando la necesidad urgente de implementar sistemas digitales que faciliten los procesos de economía circular. La obsolescencia programada sigue siendo uno de los problemas más críticos, ya que muchos dispositivos están diseñados para tener una vida útil corta, generando una gran cantidad de residuos electrónicos.
Desde hace siglos, la humanidad y las diferentes civilizaciones que han existido han reflexionado en torno al concepto de circularidad. Desde el mito de Ouroboros en Egipto al calendario maya, pasando por la rueda de la vida budista, nos hemos basado en el concepto cíclico para explicar la vida y la naturaleza.
En la actualidad, la movilidad urbana se enfrenta a desafíos significativos: congestión, contaminación y un consumo energético insostenible. Sin embargo, estamos al borde de una transformación profunda, impulsada por la combinación de innovaciones tecnológicas y un rediseño urbano inteligente. Para rediseñar las ciudades del futuro, sostenibles, eficientes y habitables, debemos integrar estos dos enfoques de manera sistémica.
El voluntariado en las universidades no solo complementa la formación académica, sino que también prepara a las y los estudiantes para su futura vida profesional y social. A pesar de su importancia, su presencia en el ámbito académico aún es limitada. Desde 2023, las actividades de extensión son obligatorias en todos los cursos de grado en Brasil, una medida que pone al país a la vanguardia en la creación de una cultura de voluntariado.
La Eurocopa y los Juegos Olímpicos de 2024 se están publicitando como sin precedentes lo que a sostenibilidad se refiere. En ambos casos se están implementando medidas innovadoras para reducir su impacto ambiental, desde la organización del calendario de partidos hasta la reutilización de infraestructuras. Sin embargo, detrás de estos avances, seguimos encontrando los eternos dilemas morales que no pueden ser ignorados.
En un mundo donde la inseguridad alimentaria afecta a millones de personas, el desperdicio de alimentos se presenta como una paradoja inaceptable. En España, se estima que cada año se desperdician aproximadamente 1,300 millones de kilos de comida, una cifra alarmante que contrasta con la necesidad de miles de familias que luchan por tener una alimentación adecuada.
En un mundo donde la preocupación por el medio ambiente y la responsabilidad social empresarial (RSE) crece exponencialmente, la sostenibilidad se ha convertido en un requisito esencial. Las empresas ya no pueden ignorar las exigencias de consumidores conscientes, que demandan productos y servicios respetuosos con el medio ambiente y comprometidos con el bienestar social.
El cambio climático representa una de las mayores amenazas y, a su vez, uno de los principales retos a los que se enfrentan las economías globales. Sus efectos ya están comenzando a notarse en todos los continentes y empiezan a surgir nuevas necesidades de gestión de los recursos naturales para hacerle frente.
La sostenibilidad ya no es una opción y, reflejo de ello, es cómo los ciudadanos están en pleno proceso de cambio de mentalidad debido a una mayor conciencia sobre el cuidado del medioambiente, lo que influye claramente en todos los sectores de actividad. Y el sector del embalaje no iba a quedar ajeno a esta revolución sostenible.
Las organizaciones también son responsables de la gestión de la inteligencia artificial, incluso si en sus países no hay una regulación.
“En una futura sociedad más basada en IA, la maquinaría tecnológica tiene que ser capaz de soportar y asegurar el modelo de sociedad, los valores éticos y la visión humana individual y colectiva al igual que ahora se aseguran criterios legales, derechos o la seguridad.