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Las cifras del dolor: según la ONU más de 8600 menores fueron asesinados o mutilados en escenarios de conflicto armado en 2022 y unos 7600 fueron reclutados. La agencia internacional documentó un total de 27.800 violaciones graves contra niños atrapados en escenarios de guerra. Entre los abusos también destacaron la violación y esclavitud sexual, sobre todo de niñas.
Las y los niños afectados por la guerra precisan más protección

La guerra y los conflictos armados tienen un impacto devastador en la vida de los niños y niñas, tanto física como psicológicamente. Se enfrentan a una serie de desafíos y violaciones graves de sus derechos humanos, incluyendo reclutamiento forzado, violencia sexual, desplazamiento forzado, falta de acceso a la educación y atención médica, entre otros.

El 2022 será recordado como el año del dolor y la injusticia ya que se cometieron 27.180 violaciones graves contra niños atrapados en la guerra, el número más alto jamás verificado por la ONU según reportó el pasado miércoles 5 de julio al Consejo de Seguridad la representantes especial del Secretario General para Niños y Conflictos Armados. Al presentar su informe anual sobre el tema, Virginia Gamba, urgió a tomar medidas decididas y audaces para proteger a los niños que corren riesgos de muerte, reclutamiento, violación y otros flagelos. Gamba se centró en 26 escenarios de cinco regiones del mundo, incluyendo por primera vez a Etiopía, Mozambique y Ucrania y destacando situaciones nuevas en Haití y Níger.

Según los datos verificados por la ONU, 18.890 niños sufrieron violaciones graves durante la guerra en 2022. La desagregación de esa cifra supone 8630 asesinados o mutilados, 7622 reclutados y utilizados en combate, y 3985 secuestrados. Gamba afirmó que estas tres violaciones alcanzaron sus niveles más altos tras haber aumentado el año pasado. Además, la representante especial dio cuenta de 1165 menores, en su mayoría niñas, que padecieron violaciones -a menudo masivas-, matrimonios forzados o esclavitud sexual, y agresiones sexuales. Algunos casos fueron tan graves que las víctimas murieron.

Detrás de cada cifra hay una vida inocente que se pierde. Los rostros del dolor.  La experta citó ejemplos como el caso de tres niñas en Sudán del Sur que fueron violadas en grupo durante un periodo de cinco días, una niña de 14 años secuestrada y quemada viva en Myanmar y niños asesinados por un artefacto explosivo improvisado en una escuela en Afganistán. Para garantizar la protección de los niños afectados por la guerra, es necesario que la comunidad internacional y los gobiernos tomen medidas audaces y efectivas. Algunas de estas medidas pueden incluir:

  1. Protección legal: Se deben promulgar y aplicar leyes nacionales e internacionales que protejan los derechos de los niños en situaciones de conflicto armado. Esto implica garantizar que los perpetradores de violaciones contra los niños sean llevados ante la justicia y que haya sistemas de justicia adecuados para abordar estos crímenes.
  2. Acceso humanitario: Se debe garantizar un acceso seguro y sin obstáculos para las organizaciones humanitarias y los trabajadores de ayuda, para que puedan brindar asistencia vital a los niños afectados por la guerra. Esto incluye la provisión de alimentos, refugio, atención médica, educación y apoyo psicosocial.
  3. Prevención del reclutamiento forzado: Se deben implementar medidas para prevenir y desalentar el reclutamiento de niños por parte de grupos armados. Esto implica la adopción de leyes y políticas claras que prohíban el reclutamiento y la utilización de niños en conflictos armados, así como la implementación de programas de reintegración para aquellos que han sido reclutados.
  4. Apoyo psicosocial: Los niños afectados por la guerra necesitan acceso a servicios de apoyo psicosocial para ayudarles a hacer frente a los traumas y superar los efectos psicológicos del conflicto. Esto puede incluir el acceso a consejeros especializados, programas de arte terapia, grupos de apoyo y actividades recreativas.
  5. Educación: Es fundamental garantizar el acceso a una educación de calidad y segura para los niños afectados por la guerra. Esto implica la creación de entornos educativos protegidos, la formación de maestros en la atención a las necesidades específicas de los niños afectados por el conflicto, y la provisión de materiales escolares y recursos adecuados.

Contrariamente a esto, lo que ocurre en muchos casos es que las y los menores reciben castigo en vez de protección. Gamba señaló que algunos niños son castigados por sus circunstancias en lugar de recibir protección. El año pasado, 2496 niños fueron privados de la libertad por su asociación real o supuesta con partes en conflicto. Al respecto, el informe reveló ataques verificados en 1163 escuelas y 650 hospitales en 2022, lo que representa un aumento del 112% con respecto al año anterior. La mitad de estos ataques fueron llevados a cabo por fuerzas gubernamentales.

Gamba se refirió con preocupación al uso de escuelas y hospitales con fines militares, que registró un aumento de más del 60% el año pasado, tanto por parte de los ejércitos como de los grupos armados. Mientras tanto, las y los trabajadores humanitarios y la ayuda vital que brindan, y que a menudo son la única esperanza para los niños y las comunidades afectadas por el conflicto, son cada vez más objeto de críticas.

La ONU comprobó más de 3930 incidentes de denegación de acceso humanitario a niños el año pasado. Los trabajadores humanitarios también fueron asesinados, agredidos y secuestrados, mientras que los suministros fueron saqueados y se destruyeron bienes e infraestructura vital. Es esencial que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto trabajen en colaboración para abordar este grave problema y garantizar que las y los menores puedan crecer en un entorno seguro y protector.

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