La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha lanzado un nuevo aviso sobre los posibles impactos de los polímeros PFAS, un tipo de sustancia presente en múltiples productos de uso diario y tecnologías emergentes.Los polímeros PFAS son un tipo de sustancias dentro del amplio grupo de los compuestos perfluoroalquilados y polifluoroalquilados (PFAS). Aunque el nombre suene complejo, probablemente estás en contacto con ellos más seguido de lo que imaginas. Aunque tradicionalmente se han percibido como menos peligrosos que otros compuestos PFAS, su ciclo de vida completo plantea riesgos que van desde la contaminación ambiental hasta la emisión de gases de efecto invernadero. Según el informe “PFAS polymers in focus”, publicado esta semana por la AEMA, estos compuestos, también conocidos como “sustancias químicas eternas” por su alta persistencia, representan entre el 24% y el 40% del volumen total de PFAS comercializados en la Unión Europea.
Aunque los polímeros PFAS tienen una estructura molecular más grande —lo que limita su absorción por los organismos vivos—, el informe subraya que su producción y degradación pueden generar subproductos tóxicos con mayor potencial contaminante. Esto no solo afecta a trabajadores y comunidades cercanas a las fábricas, sino también a los ecosistemas y a las cadenas alimentarias humanas.
Además, durante su fabricación pueden liberarse compuestos altamente peligrosos para la atmósfera, como el trifluorometano (HFC-23), un potente gas de efecto invernadero, y el diclorofluorometano (HCFC-22), conocido por su impacto sobre la capa de ozono.
La presencia extendida de estos polímeros en una gran variedad de productos dificulta los procesos de reciclaje, ya que no siempre es posible detectar o separar los materiales contaminados. Esto representa una barrera directa para avanzar hacia una economía circular y una Europa libre de contaminación, uno de los pilares del Pacto Verde Europeo.
La UE avanza hacia su restricción total
Ante esta situación, cinco países europeos —Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia— han propuesto una restricción general de todos los PFAS, incluidos los polímeros, en el marco del reglamento REACH. La propuesta contempla excepciones limitadas en el tiempo para ciertos usos considerados imprescindibles, aunque la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) ha informado que también se estudian otras opciones menos restrictivas.
Este nuevo análisis refuerza la necesidad de abordar la gestión de los PFAS desde una perspectiva de ciclo de vida completo, considerando no solo su uso final sino también su producción, degradación y tratamiento como residuo. “El tiempo de mirar hacia otro lado ha terminado”, advierten desde la AEMA, que insta a tomar decisiones alineadas con los objetivos europeos de neutralidad climática y cero contaminación.