Hoy más que nunca, las empresas deben entender que la diversidad no es una casilla que se marca en un formulario, sino una fuente inagotable de creatividad, inteligencia colectiva y conexión con el entorno.
La diversidad no debe limitarse al entorno laboral, a la foto del equipo. Debe estar presente también en lo que diseñamos, ofrecemos y comunicamos a nuestros clientes.
Diversidad e innovación: el nuevo tándem del liderazgo
La verdadera innovación sucede cuando las diferencias se integran, no cuando se neutralizan.
Según el informe Innodiversidad 2022, elaborado por la Fundación Diversidad y la IE University, las empresas que gestionan de forma conjunta la diversidad y la innovación presentan mayor capacidad de adaptación, engagement interno y conexión con sus clientes.
La diversidad no es solo un asunto de personas, es también un asunto de negocio.
En un contexto cada vez más cambiante y global, donde las necesidades del mercado evolucionan a gran velocidad, la diversidad se convierte en una brújula estratégica. Aporta información, sensibilidad y matices que enriquecen cualquier proceso de creación.
Esto implica que los líderes deben desarrollar competencias y habilidades específicas para gestionar equipos diversos y, al mismo tiempo, para diseñar productos y servicios que respondan a una sociedad igualmente diversa.
Liderar la diversidad: una competencia esencial
Gestionar un equipo diverso no es más complejo, pero sí requiere mayor consciencia y habilidades específicas.
Un liderazgo inclusivo no se limita a “no discriminar”. Supone:
Como señala Verna Myers, experta internacional en inclusión:
“La diversidad es que te inviten a la fiesta. La inclusión es que te saquen a bailar.”
Y el verdadero liderazgo es aquel que, como los buenos DJs, pone la música adecuada para que todas las personas quieran bailar.
Diversidad también en lo que diseñamos, no solo en quiénes somos
No basta con tener un equipo representativo de la sociedad. Es necesario que los productos y servicios que se ofrecen también reflejen esa realidad plural.
Eso significa, por ejemplo, desarrollar soluciones accesibles para diferentes edades, capacidades o culturas; repensar envases, canales de atención o contenidos digitales para adaptarlos a públicos diversos; y asegurar que la innovación nace de un entendimiento profundo de las personas, no de suposiciones generales.
Cada vez más compañías están reformulando su manera de innovar, incluyendo en sus procesos de diseño fases específicas para detectar sesgos, recoger voces diversas y testear con distintos perfiles. Esto no solo genera productos más inclusivos, sino también más rentables.
Integrar la diversidad en el proceso de diseño ha demostrado mejorar no solo el impacto social de las soluciones, sino también su acogida en el mercado. Cuando, desde el inicio, se tienen en cuenta diferentes perspectivas y realidades, los productos y servicios resultan más inclusivos, relevantes y eficaces.
El liderazgo inclusivo, clave para transformar
El nuevo liderazgo se construye sobre la base del respeto, la escucha activa y la colaboración. No se trata de saber más, sino de saber conectar mejor.
Un liderazgo verdaderamente inclusivo:
Además, sabe leer las señales del entorno, entender los nuevos valores sociales y traducirlos en acciones, productos o servicios alineados con lo que el mundo necesita.
Claves prácticas para liderar con diversidad e innovación
En resumen, la diversidad no es un fin en sí misma. Es un punto de partida para construir soluciones más creativas, más equitativas y eficaces. Liderar con diversidad implica gestionar personas con respeto y visión, pero también diseñar productos y servicios que reflejen el mundo real: complejo, plural y cambiante.
Para las compañías que aspiran a generar impacto positivo, el camino es claro: liderar con inclusión, innovar con propósito y construir organizaciones donde todas las personas, equipos y clientes, se vean reflejadas.