La recuperación de las empresas tras la crisis económica generada por la pandemia es una de las principales preocupaciones actuales. En este contexto de re estructurar procesos y re pensar estrategias, la sostenibilidad no tiene por qué venir con un precio elevado. Cuando las compañías optimizan sus operaciones -ya sea para aumentar la productividad, mejorar la calidad o reducir los costos- un mejor desempeño ambiental puede ser un subproducto. Los procesos de fabricación y las cadenas de suministro eficientes no sólo cuestan menos para su funcionamiento: también consumen menos energía, usan menos recursos y producen menos desechos. En un escenario incierto, pero a donde la preocupación medioambiental es una constante, la sostenibilidad emerge como la mejor respuesta.