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Quizás lo peor de la pandemia ya pasó. Si bien algunas regiones aún tienen situaciones sanitarias complejas, las vacunas y las medidas adoptadas por la mayoría de los países de la Unión Europea han puesto un freno a la circulación del virus. La llegada intempestiva del coronavirus ha transformado casi todos los planos de nuestra existencia, abriendo también un universo de nuevas posibilidades para transformar nuestras sociedades. Luego de la tormenta, es tiempo de la reconstrucción. En este escenario, las y los eurodiputados insisten en que debe darse prioridad a la transición verde y digital, y que los fondos europeos tienen que repartirse equitativamente.

Luego de los peores meses de la pandemia, en los cuales la prioridad fue contener la crisis sanitaria que se desató en el mundo entero, llega momento de pensar en la reconstrucción. Si hay algo positivo que rescatar del escenario actual, es la posibilidad de transformar nuestras sociedades incorporando lo aprendido en este año luego de que el coronavirus causara estragos.

En este escenario, los Planes Nacionales de Recuperación pueden ser una importante palanca de cambio. El Parlamento insiste en que estos deben cumplir todos los requisitos y objetivos acordados para un crecimiento y una transformación verdes y justa. En la resolución adoptada el 20 de mayo, el Parlamento pidió un mayor escrutinio democrático de las estrategias nacionales de recuperación para supervisar activamente el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, un paquete de estímulo diseñado para ayudar a los países de la UE a abordar los efectos de la pandemia de la COVID-19.

El pasado 10 de junio, la resolución sobre la evaluación de los planes de recuperación nacionales entregados por los Estados miembros a la Comisión Europea salió adelante con 514 votos a favor, 163 votos en contra y 9 abstenciones. Las y los eurodiputados subrayan que el Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia (MRR) es un instrumento histórico de la UE que debe no solo mitigar los efectos negativos de la pandemia, sino también tener un impacto duradero en la prosperidad y ayudar a distribuir el crecimiento de manera justa.

Asimismo, llaman a la Comisión a aprobar sólo aquellos planes que cumplan plenamente los objetivos y metas acordados en la legislación y a no ceder ante presiones políticas. Sin dudas, se trata de un momento histórico en el cual tenemos la posibilidad de transformar para mejor. En este escenario, la UE afirma que la prioridad debe estar puesta en la transición climática y digital justa y resiliente.

 La resolución demanda a la Comisión que evalúe cuidadosamente y garantice que cada uno de los planes nacionales de recuperación y resiliencia contribuya de manera efectiva a las áreas políticas acordadas: transición verde, transformación digital, competitividad, cohesión social, reacción y preparación institucional ante las crisis, y la próxima generación, incluyendo la educación y las competencias. En este sentido, se explica que los planes deben dedicar al menos el 37% de su presupuesto a la protección climática, incluyendo la biodiversidad, y añaden que las disposiciones sobre “no causar daños significativos” son una herramienta crucial para apoyar la transición verde.

Por otra parte, las y los eurodiputados señalan que el presupuesto dedicado a las acciones digitales (20%) debe contribuir a la transición digital incluyendo cuestiones de seguridad, los intereses estratégicos de la UE y la infraestructura digital.  El Parlamento Europeo subraya también que, con el objetivo de asegurar el mayor impacto posible, los fondos deben distribuidos de manera justa entre los sectores, sociedades y teniendo a las generaciones futuras y la igualdad de género en mente. Además, desaconseja la práctica de reagrupar proyectos sin verdadero valor añadido e insiste en que todas las reformas e inversiones deben estar vinculadas a hitos, objetivos y costes que sean relevantes, claros, detallados y supervisados adecuadamente con la ayuda de indicadores comunes. Estas medidas deben ayudar a prevenir y detectar la corrupción, el fraude y los conflictos de interés a la hora de desembolsar los fondos.

Finalmente, los eurodiputados hacen referencia al Reglamento sobre la condicionalidad del presupuesto al respeto del Estado de derecho y añaden que ningún proyecto puede ir en contra de los valores de la UE. El Parlamento quiere garantizar que se consulte a la sociedad civil, a los interlocutores sociales y a las autoridades locales y regionales sobre la aplicación y supervisión de los planes con el fin de implicar mejor a los beneficiarios y asegurar la transparencia.

En el caso de España, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia destinará el 33% de su presupuesto a la digitalización y el 37% a la transición ecológica. Otras políticas sustentadas por este plan de recuperación serán la educación (18%) y la sanidad, que recibirá un 17% de los recursos disponibles para impulsar un plan por la ciencia y la innovación y así reforzar el Sistema Nacional de Salud. Por último, el 1,1% se distribuirá entre los sectores del deporte y la cultura y se abordará una modernización del sistema fiscal.

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