A medida que la economía mundial comienza a salir de la crisis global generada por el coronavirus, ha llegado el momento de plantear quizás una de las preguntas más difíciles ¿Qué tipo de crecimiento queremos para el futuro? Y es aquí cuando el desarrollo sostenible emerge como la alternativa ganadora. Se trata de un gran reto social que implica no dejar a nadie atrás: ni a las personas ni al planeta. Para caminar rumbo a ese objetivo, un grupo de expertos de la agencia internacional McKinsey publicó, a finales de 2021, un informe en el cual proponen algunas claves para que los agentes del cambio en las empresas, los gobiernos y la sociedad, en conjunto, puedan construir un futuro en el cual hablar de desarrollo inclusivo no sea una alternativa, sino más bien una realidad.