Más allá de lamentarse y una vez recuperada, decidió hacer de este episodio que cambio su vida una oportunidad transformadora para ella y para más personas que pasan por una experiencia similar. “Ahora me dedico a ayudar a que miles de personas tengan una mejor calidad de vida y mayores oportunidades sociales, educativas y laborales a través del método Decedario”, explica, que ya está presente en España y Latinoamérica, en total en ocho países, y ha beneficiado a 150.000 personas.
La foto nos la hicimos en el XXIII Congreso de Fundraising que organiza la AEFr y que Diana clausuró. Allí nos puso a jugar a todos a Decedario. Algunos con más destreza que otros. Las cosas como son. En esta conversación hablamos de emprendimiento social, de superación y de disfrutar el camino del emprendimiento y de la vida.
Esta entrevista con Diana de Arias forma parte de serie #ConversacionesdeImpacto en la que han participado Gonzalo Fanjul, Pablo Sánchez, Arancha Martínez, Gloria Gubianas, María Guerrero, Amaia Rodríguez, Natalia Valle, Manuel Lencero, Irene Milleiro y Antonio Espinosa de los Monteros.
¿Quién es Diana de Arias?
Diana de Arias es una superviviente de un ictus, una mujer emprendedora de impacto social y speaker internacional. Amante de la naturaleza y del Mediterráneo.
A los 23 años sufriste un ictus. ¿Cuándo te diste cuenta de que ese desafío podía convertirse en una oportunidad transformadora, no solo para ti, sino también para muchas otras personas?
Lo fui descubriendo a través de mi inquietud personal y profesional de mejorar aspectos que había vivido en mi proceso de rehabilitación con la motivación de querer ayudar a las personas que cada año pasan por lo mismo que yo. Lo materialicé a través la investigación y desarrollo de mi proyecto final de carrera con el equipo de neurorehabilitadores de la Asociación de Daño Cerebral de Valencia, creando una metodología propia de entrenamiento cognitivo, que materialicé con el apoyo de más de 200 personas, a través de un crowdfunding, lo que me ayudó a crear Decedario, que ya está presente en ocho países, entre España y Latinoamérica, y ha beneficiado a 150.000 personas.
¿Cuáles fueron los principales miedos o barreras que tuviste que superar para impulsar este emprendimiento? ¿Cómo lo hiciste?
Después de pasar por un Ictus pocos miedos, más allá de este, te quedan en el cuerpo. Cuando entiendes que el miedo solo es una proyección del futuro, que en la mayoría de casos nunca sucede, inviertes esa energía en el presente, en superar barreras y retos reales que van apareciendo a lo largo del camino y que forman parte del juego del emprendimiento. Es un aprendizaje constante en el que, con el tiempo, vas ganando experiencia, herramientas y conocimientos para resolverlos de forma más ágil, pero no hay una fórmula concreta. En mi caso, el ingenio y la creatividad son mis grandes aliados.
¿Puedes explicar de forma sencilla qué es el Método Decedario? y ¿cómo funciona?
Decedario es un gimnasio cognitivo con diferentes programas de entrenamiento en el ámbito clínico, educativo y familiar que tienen en común un material manipulativo, de desarrollo propio patentado y basado en evidencia científica. Está compuesto por más de 500 piezas entre imágenes, palabras, sílabas y letras que permiten crear cientos de actividades para trabajar “todos los músculos del cerebro” (lenguaje, memoria, atención, funciones ejecutivas…). Además, se adapta a todas las edades y condiciones, convirtiéndose en un material inclusivo de referencia para la rehabilitación, el mantenimiento y aprendizaje de las capacidades cognitivas, potenciando el talento de niños con necesidades de apoyo educativo e incluso para trabajar la lectoescritura o en adultos con diferentes patologías como Ictus, Alzheimer u otras demencias.
Como indicabas, Decedario ya está presente en 8 países y ha impactado a más de 150.000 personas. ¿Cómo ha sido ese proceso de crecimiento? y ¿cómo ves Decedario en cinco años?
Ha sido un proceso difícil y muy emocionante. Levantarme cada día y ver que a través de mi trabajo estoy ayudando a mejorar la vida de tantas personas es mi mayor motivación.
Decedario empezó como una herramienta de intervención para profesionales y ahora estamos construyendo un ecosistema de soluciones inclusivas para profesionales, familias y colegios, a través de nuestra metodología con diversos programas, formaciones, acompañamiento e investigación en tecnología avanzada y ciencia aplicada para ponerlo al servicio de la sociedad.
¿Cómo te has financiado hasta el momento? ¿Cómo se convive con el impacto social y la necesidad de las rondas de financiación para impulsar y consolidar el proyecto?
Tenemos un modelo diversificado de ingresos. Apostamos por la autosostenibilidad, a través de los productos y servicios que ofrecemos, que lo complemento con colaboraciones con empresas y, también con subvenciones públicas y privadas. Por ahora, buscamos este tipo de ayudas más filantrópicas que rondas de inversión que están más alineadas con los objetivos puramente económicos.
¿Qué es para ti una empresa social?
La que nace por y para el propósito de querer solucionar un problema global, tanto social y/o medioambiental, a través de una solución que aspire a generar cambios sistémicos en el mundo para generar transformaciones reales a largo plazo.
¿Qué le recomendarías a un emprendedor social que quiere lanzar un proyecto de impacto?
Le diría que va a ser un camino largo, de mucha constancia y compromiso consigo mismo, pero lleno de emociones y satisfacciones personales y profesionales que le van a hacer crecer como persona. Además, va a dejar este mundo un poquito mejor de lo que se lo encontró. Solo por eso ya vale la pena, y el auténtico logro está en disfrutar del camino, que es el verdadero fin en sí mismo. Los resultados van llegando, hay que celebrarlos y te ayudan a darte cuenta de que vas en la dirección correcta.
Si no fueras emprendedora, ¿qué serías?
Transferir los conocimientos a las nuevas generaciones es algo que me fascina por lo que creo que me dedicaría a la docencia que en parte ya hago, pero me gustaría potenciarlo más. Por otro lado, me encanta crear y hacer cosas con las manos. Me da mucha paz y concentración por lo que me podría dedicar a la carpintería enfocada a mobiliario e interiorismo. La madera es un material natural que me fascina.
¿A quién admiras?
A cualquier persona que me cruce por el camino y aprenda algo de ella.
Ser feliz es…
Hacer lo que te sale del corazón en cada momento y disfrutarlo con una sonrisa.
¿Qué te gustaría hacer antes de que acabe el año?
En lo profesional, cumplir con los objetivos marcados con Decedario porque eso querrá decir que seguimos ayudando cada día a más personas. Y en lo personal, tener tiempo para mí. Viajar me inspira mucho.
Un libro…
Creo que este libro tendría que estar en todos los colegios “Neurociencia de las emociones” de Ignacio Maggioni porque te ayuda a adquirir este autoconocimiento lo antes posible.
Y una película…
La última que he visto es Sorda, muy recomendable. Está diseñada para ser 100% accesible para la comunidad sorda y eso me parece una gran referencia para el resto de películas.