
Y, por supuesto, también es un momento para reconocer el talento de quienes buscan desarrollarse profesionalmente, de quienes luchan por ello, lo que nos lleva a reflexionar sobre las condiciones que hacen posible ese crecimiento en compañías diversas.
La diversidad existe en todas las organizaciones, aunque no siempre se refleja en sus estructuras, procesos o decisiones. Cada persona tiene cualidades únicas; no hay dos iguales. Y dentro de esa diversidad, la discapacidad ocupa un lugar que debe ser reconocido y valorado. Es fundamental adoptar una mirada que contemple las distintas formas de aportar y liderar sin hacer distinciones por características o condiciones que nada tienen que ver con el talento.
Para que esa mirada inclusiva se traduzca en entornos laborales más equitativos, las empresas deben revisar sus prácticas, adaptar sus herramientas y escuchar activamente a sus equipos. Este trabajo lejos de limitarse a la incorporación de nuevos perfiles debería extenderse a la forma en que se diseñan las experiencias laborales, se distribuyen las responsabilidades y se reconoce el valor de cada contribución.
Uno de los pilares que permite traducir estas prácticas en resultados concretos es la accesibilidad. Aplicada correctamente, facilita el acceso al empleo, mejora la experiencia de los profesionales y permite que las organizaciones se beneficien de una visión más enriquecedora, ya que incorporar medidas que contemplen las diferentes necesidades del equipo, mejora la equidad y, además, fortalece la cultura interna y la capacidad de innovación.
Además de la accesibilidad, resulta vital tener en cuenta otros factores que hacen que una empresa sea realmente diversa, como la calidad y duración de trabajos que desempeñan las personas con discapacidad, su integración en el equipo, la ausencia de prejuicios gracias al conocimiento de la discapacidad y una cultura organizacional que tenga en cuenta la inclusión como parte de su estrategia. Por eso el 3 de diciembre es una ocasión para reconocer el camino recorrido y para identificar nuevas formas de avanzar. Cada acción cuenta, desde una entrevista bien diseñada hasta un equipo que aprende a colaborar desde la diferencia. Lo que se construye en el día a día tiene un impacto directo en la vida de muchas personas y en el futuro de las organizaciones.
Desde Fundación Randstad seguimos trabajando para que cada persona encuentre un entorno laboral que le permita crecer, aportar y sentirse parte; porque el talento merece ser reconocido con las mismas oportunidades en cada caso. Celebramos el Día de las Personas con Discapacidad, con la convicción de que todo gesto cuenta para dar un paso más hacia la plena inclusión y, cada oportunidad construye una sociedad más justa.