Irene Milleiro es directora de Ashoka España desde 2022. Se define como “una mujer de Pontevedra que ha cumplido su sueño de ayudar a otras personas a cambiar cosas” y ahora desde Ashoka trata de impulsar el emprendimiento social y el impacto, tras haber trabajado en organizaciones como Oxfam Intermon y Change.org, bagaje y aprendizajes que aplica en su día a día.
Defensora de las alianzas para llegar más lejos, Milleiro recurre a una frase del fundador de Ashoka, Bill Drayton, para explicar el impacto que genera esta organización: "Un emprendedor social de Ashoka no se conforma con dar pescado, ni con enseñar a pescar, sino que no parará hasta que revolucione la industria pesquera".
Esta entrevista con Irene Milleiro forma parte de la serie #ConversacionesdeImpacto en la que han participado Gonzalo Fanjul, Pablo Sánchez, Arancha Martínez, Gloria Gubianas, María Guerrero, Amaia Rodríguez, Natalia Valle y Manuel Lencero.
Pablo Martín: Me alegra mucho hacer esta entrevista porque esta serie la inicié con uno de vuestros emprendedores sociales, Gonzalo Fanjul.
Irene Milleiro: Gonzalo y yo tenemos una trayectoria larga en común: trabajamos juntos varios años en Oxfam y ahora nos hemos reencontrado en Ashoka, donde él es emprendedor social. Llevamos muchos años conociéndonos y colaborando.
PM: Quién es Irene Milleiro?
IM: Soy una mujer de Pontevedra que ha cumplido su sueño de ayudar a otras personas a cambiar cosas. Desde pequeña he tenido esa inquietud de mejorar el mundo a mi alrededor y he tenido la suerte de poder dedicarme a ello profesionalmente.
PM: En X te defines como "Cerca de las personas que quieren mejorar el mundo". ¿Cómo se mejora el mundo en estos tiempos de turbulencias y de dudas?
IM: Creo que es importante mirar a nuestro alrededor y no perder la esperanza. A veces nos dejamos llevar por la vorágine de noticias negativas, pero si nos fijamos bien, hay muchas personas impulsando proyectos innovadores y ayudando a los demás. La bondad y la solidaridad humanas son infinitas. También creo que es útil aislarse un poco de la sobreexposición a noticias y redes sociales y preguntarnos: ¿Cómo puedo ayudar yo desde donde estoy?
PM: A las personas que intentan mejorar el mundo les llamáis changemakers. ¿Qué características les unen? ¿Cómo se puede identificar a un changemaker?
IM: En Ashoka llevamos muchos años identificando changemakers y hemos visto que comparten ciertas habilidades. La primera es la empatía, pero no solo como una capacidad de comprender a los demás, sino como un motor que les mueve a la acción. Además, suelen resolver problemas en equipo, apostando por la colaboración y el liderazgo compartido. También tienen una gran creatividad para buscar soluciones innovadoras y un fuerte espíritu emprendedor. Son personas con inquietud por cambiar las cosas y con capacidad de adaptarse a un mundo en constante evolución. De hecho, cada vez hay más interés en que estas habilidades se desarrollen también en entornos empresariales.
PM: ¿En qué se diferencian los changemakers de los Ashoka Fellows? que ya suman 3.923 en 99 países. 60 en España
IM: Los Ashoka Fellows son un tipo particular de changemakers: son personas que han decidido dedicar su vida a resolver un problema social de manera innovadora. No solo buscan soluciones más eficientes, eficaces, justas o sostenibles, sino que también impulsan cambios sistémicos, es decir, transformaciones estructurales y profundas en la sociedad. Como dice nuestro fundador, Bill Drayton: "Un emprendedor social de Ashoka no se conforma con dar pescado, ni con enseñar a pescar, sino que no parará hasta que revolucione la industria pesquera." Ashoka selecciona a estos emprendedores sociales para ayudarles a amplificar su impacto.
PM: ¿Qué efecto multiplicador tienen los Ashoka Fellows?
IM: Cada Fellow impacta, de media, en 800.000 personas, con un alcance de hasta 14 países y 650 millones de beneficiarios en conjunto. Esto se debe a que buscan que crezca su impacto, no su organización. Son muy generosos con su conocimiento y permiten que otros adopten y repliquen sus modelos de cambio. A veces crean programas de certificación o comparten métodos de aprendizaje que otras organizaciones pueden replicar. Por eso, aunque un emprendedor social no esté presente en 14 países, su solución sí puede estarlo.
PM: Una de vuestras líneas de acción es la educación y en 2024 publicasteis Una educación que transforma, coordinado por Simón Menéndez y Alberto Rico. ¿Qué impacto ha tenido?
IM: La educación es clave para que todas las personas sean changemakers. Hemos visto que quienes lo son muchas veces han vivido experiencias transformadoras antes de los 18 años. Con ese libro buscamos ayudar a los docentes a fomentar la empatía, el trabajo en equipo y el espíritu emprendedor en las aulas. Además, estamos desarrollando un curso en educación transformadora para profesores con el Instituto Superior Madrileño de Innovación Educativa (ISMIE), que esperamos llegue a miles de docentes de la Comunidad de Madrid. También lanzaremos cursos online sobre el tema en nuestra plataforma Ashoka Learning Ecosystem (ALE).
PM: El ODS 17 habla de las alianzas, pero en Ashoka siempre las habéis promovido. ¿Qué suponen para vuestra actividad?
IM: Los cambios sistémicos no se pueden lograr sin alianzas. Para transformar cualquier sector, el sector de la salud, por ejemplo, es necesario trabajar con todos los actores: emprendedores, médicos, farmacéuticas, administración pública, universidades. Las alianzas son la base de nuestro trabajo y la clave para generar transformaciones profundas.
PM: ¿Qué le recomendarías a un emprendedor social que quiere lanzar un proyecto de impacto?
IM: Le recomendaría formarse en cambio sistémico, ya que aporta una mirada transformadora. En nuestra plataforma ALE tenemos varias rutas formativas sobre esto. También le diría que persevere, porque no es un camino fácil. Y, sobre todo, que trabaje con otros. Como dice José María Luzárraga, uno de nuestros Ashoka Fellows: "no hagas solo lo que puedes hacer con otros". Las alianzas ayudan a llegar más lejos.
PM: ¿Qué te enseñó tu paso por Change.org y Oxfam?
IM: En Oxfam aprendí mucho sobre movilización social e influencia política. Fue una etapa en la que se construyó gran parte de la legislación de cooperación internacional en España. En Change.org viví una revolución digital: me di cuenta de cómo la tecnología reduce barreras y permite a cualquier persona hacer activismo con menos recursos, pero con más conexiones.
PM: ¿A quién admiras?
IM: A muchas personas anónimas que impulsan cambios. En Change.org conocí a gente que, incluso en momentos difíciles, luchaba por cambiar una ley. También admiro a los emprendedores sociales de Ashoka, que dedican su esfuerzo a transformar el mundo.
Ser feliz es...
IM: Tener un propósito en la vida, relaciones sociales cercanas y ayudar a los demás.
PM: ¿Qué te gustaría hacer antes de que acabe el año?
IM: Aprender sobre desarrollo web. Me he apuntado a un curso intensivo en mayo para mujeres que quieren aprender tecnología.
PM: Un libro…
IM: Voy a recomendar dos: ‘Empieza por el por qué’ de Simon Sinek, que habla de algo clave, de cómo empezamos desde el propósito cualquier empresa, organización o iniciativa. Si empezamos desde el propósito cualquier proyecto funciona mejor y las personas son más felices. Y ‘Vidas futuras’ de Cristina Aranda. Una introducción muy amena e interesante a la inteligencia artificial. Cristina es una persona a la que admiro mucho y que colabora con Ashoka. Y su libro es una buena entrada al mundo que viene, explicado de manera sencilla y pedagógica.
PM: Y una película…
IM:Te voy a decir, también, dos. Una de activismo, ‘Selma’, sobre un momento clave para el movimiento americano de Derechos Civiles. Y una diferente, ‘Los amantes del círculo polar’, de Julio Medem, que me parece una película muy poética y que he visto varias veces.
PM: ¿Quieres añadir algo más?
IM: Me gustaría invitar a la gente a conocer Ashoka y a nuestros emprendedores para que conozcan sus historias de impacto. Hace poco, en un evento en Málaga, se me acercó un técnico de sonido y me dijo: “Sabes, a mi hijo le obligo a ver las noticias, pero me acabo de dar cuenta que estaba equivocado, que le tengo que invitar a que vea las historias de los emprendedores de Ashoka”. Y a mí también me hizo reflexionar, porque en un mundo en el que predominan las malas noticias, estas historias positivas pueden inspirar y transformar.