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Filippo Grandi, máximo responsable de ACNUR, advierte ante el Consejo de Seguridad de la ONU que el retroceso de la cooperación internacional y el abandono del derecho humanitario están teniendo efectos devastadores para millones de personas desplazadas. “La ayuda es estabilidad”, sentenció, en un llamado urgente a priorizar la solidaridad frente al auge del gasto militar.
El retroceso de la ayuda internacional acelera el colapso humanitario y climático

En una intervención contundente ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este lunes, el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió que el creciente desvío de fondos hacia el gasto militar y la seguridad nacional, en detrimento de la ayuda humanitaria, está teniendo consecuencias “fatales” para millones de personas desplazadas por conflictos y crisis climáticas.

“Congelar o recortar los presupuestos de ayuda ya está teniendo consecuencias fatales en millones de vidas”, alertó Grandi, señalando que abandonar a estas personas a su suerte supone también socavar la estabilidad global. Según informó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 123 millones de personas han sido desplazadas forzosamente en todo el mundo debido a guerras, persecuciones o desastres vinculados al cambio climático.

El derecho internacional humanitario, en peligro de extinción

Grandi denunció también un preocupante debilitamiento del derecho internacional humanitario en múltiples conflictos abiertos. Citó como ejemplos críticos las situaciones de violencia extrema en Sudán, Ucrania, Myanmar, República Democrática del Congo, Haití y Gaza, donde “la violencia se ha convertido en la moneda de nuestra época”.

De acuerdo con datos del Comité Internacional de la Cruz Roja, actualmente hay 120 conflictos armados activos en el mundo, muchos de ellos prolongados e ignorados. “Miles de vidas han sido destruidas en la búsqueda de la supremacía, mientras el derecho internacional humanitario ha sido dejado de lado”, lamentó el Comisionado.

 

Grandi subrayó que no habrá retorno seguro para los desplazados si no se garantiza una paz duradera y condiciones dignas para reconstruir sus vidas. “La paz no se alcanza pasivamente. Requiere compromiso, responsabilidad y acción colectiva”, afirmó, apelando a la responsabilidad de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, que calificó como “crónicamente fallido” en su tarea de prevenir conflictos.

Además, hizo un llamamiento al multilateralismo como vía imprescindible para una respuesta eficaz y coordinada ante las crisis humanitarias y climáticas. “Para quienes creen que el multilateralismo es lento o desalineado con sus intereses, abandonar el debate no lo hará desaparecer. Solo lo hará menos eficaz”, advirtió.

Un mensaje claro: solidaridad frente a la guerra

“Ustedes han sido refugiados. Ustedes han acogido a personas desplazadas”, recordó Grandi a los representantes del Consejo, apelando a la memoria histórica y al deber moral de los Estados. En tiempos de retroceso global en derechos y cooperación, su mensaje resuena como una llamada urgente a priorizar la vida humana frente a los intereses geopolíticos y armamentísticos.

Como subraya ACNUR, el futuro de millones de personas —y la estabilidad del planeta— depende de una respuesta solidaria, sostenible y coordinada. Porque, como recordó el Comisionado, “la ayuda no es un gasto: es una inversión en paz, dignidad y futuro”.

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