Publicado el
Más allá de reducir el impacto, el turismo regenerativo propone devolver vida a los ecosistemas y comunidades que visitamos. Esta innovadora tendencia, que crece al ritmo del interés global por la sostenibilidad, fue abordada recientemente en la sección de Sostenibilidad del Banco BBVA, donde se analizan sus claves, principios y oportunidades para transformar la manera en que nos movemos por el mundo.
Turismo regenerativo, una nueva forma de viajar que busca sanar el planeta

Viajar ya no basta con “no dañar”: toca regenerar. El turismo global ha vuelto con fuerza tras la pandemia. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), más de 1.400 millones de personas viajaron al extranjero en 2024, alcanzando niveles similares a los de antes de la crisis sanitaria. Este repunte también ha puesto el foco en los efectos sociales, culturales y ambientales del turismo de masas.

El informe de Booking revela que un 79 % de las personas viajeras desea hacerlo de forma más sostenible, aunque muchas señalan que estas alternativas resultan costosas o difíciles de encontrar. En este contexto, surgen nuevas propuestas que no solo buscan minimizar el daño, sino también repararlo. Una de las más prometedoras es el turismo regenerativo.

Pero, ¿qué es exactamente el turismo regenerativo? “El turismo regenerativo aboga por un cambio de sistema a largo plazo, que va más allá de la sostenibilidad y tiene que ver con la relación que tenemos con nosotros mismos, entre nosotros y con el medioambiente”, afirma Luciana De Lamare, cofundadora del Instituto Aupaba, una organización que impulsa el turismo como herramienta de transformación social y ecológica.

Este enfoque se inspira en la cultura regenerativa propuesta por el investigador Daniel Christian Wahl y propone que tanto quienes viajan como quienes reciben turismo se comprometan en un proceso transformador. No se trata solo de preservar, sino de revitalizar ecosistemas y fortalecer comunidades.

Tres pilares para transformar el turismo

El Instituto Aupaba estructura el turismo regenerativo en torno a tres dimensiones fundamentales:

  • Ecológica: incluye acciones concretas como conservar la biodiversidad, gestionar los residuos de manera responsable o priorizar el uso de energías renovables.
  • Social: promueve el diseño de experiencias que beneficien directamente a las comunidades locales, respetando su identidad y patrimonio cultural.
  • Económica: busca asegurar la viabilidad financiera de las actividades turísticas, con un reparto justo de los beneficios hacia quienes habitan los destinos.

¿Cómo elegir un destino regenerativo? Para las personas interesadas en esta forma de viajar, el Instituto Aupaba recomienda una serie de prácticas para evaluar si un destino cumple con los criterios regenerativos:

  • Investigar si el lugar tiene proyectos sostenibles y regenerativos activos.
  • Comprobar si cuenta con certificaciones ambientales reconocidas.
  • Evaluar el impacto del viaje: desde la movilidad hasta la gestión del agua o la energía.
  • Apostar por alojamientos y servicios que trabajen con la comunidad local y respeten su cultura.
  • Priorizar el comercio justo y el consumo de productos locales.
  • Usar medios de transporte sostenibles dentro del destino.
  • Participar en programas de voluntariado ambiental o social.
  • Valorar que haya información transparente sobre las prácticas sostenibles del lugar.
  • Elegir experiencias que incluyan educación ambiental para quienes visitan.

El turismo regenerativo no es solo una alternativa dentro del abanico de opciones sostenibles: es un cambio de paradigma. Frente al modelo extractivista del turismo convencional, esta mirada propone tejer relaciones más justas con los territorios y repensar nuestros hábitos como viajeras y viajeros.

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies