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La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado recientemente el informe “Las causas del cambio de relevancia para el medio ambiente y la sostenibilidad en Europa”. Una publicación que analiza las perspectivas, los problemas y las oportunidades en relación a la sostenibilidad y el medio ambiente en el viejo continente. Los expertos afirman que, en este escenario adverso, sin dudas la sostenibilidad y la emergencia climática son los dos grandes desafíos de nuestro tiempo. No podemos predecir el futuro, pero sí que podemos crearlo.

En un año particular e inesperado, atravesado por la pandemia de la COVID-19 como telón de fondo, el medioambiente y la sostenibilidad cobran cada vez más protagonismo. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado un informe a donde desarrolla las evaluaciones prospectivas, en las cuales analizan los posibles acontecimientos futuros, por ejemplo, las perspectivas medioambientales y de sostenibilidad. Se basan en una combinación de los conocimientos establecidos sobre las dinámicas y tendencias pasadas, y la comprensión de las interacciones entre distintos fenómenos, así como la exploración de lo que conocemos como futuros alternativos. El futuro siempre es incierto y, más aún, en el mundo actual, caracterizado por su creciente volatilidad, complejidad y ambigüedad.A pesar de que el futuro es incierto, la AEMA aplica una serie de estudios prospectivos cuantitativos y cualitativos y colabora con múltiples partes interesadas para desarrollar conocimientos que respalden medidas políticas orientadas hacia la sostenibilidad.

Nos enfrentamos a retos apremiantes en materia de sostenibilidad que exigen soluciones sistémicas urgentes. El reto global de este siglo, afirma el informe, es cómo lograr en todo el mundo un desarrollo que equilibre las consideraciones de índole social, económica y medioambiental. El informe Drivers of change of relevance for Europe's environment and sustainability (Las causas del cambio de relevancia para el medio ambiente y la sostenibilidad en Europa) explora un amplio abanico de causas que podrían afectar al futuro de Europa, en particular, los que afectan a las ambiciones medioambientales y de sostenibilidad en el continente. En general, este informe tiene por objeto proporcionar una imagen detallada de los cambios que ocurren a escala mundial y en Europa, sus interconexiones y posibles implicaciones.

La edición del informe de este año identifica graves lagunas entre el estado del medio ambiente y los actuales objetivos de las políticas de la UE a corto y a largo plazo. La ciudadanía aspira a vivir en un entorno saludable y se debe atender a sus expectativas, lo que exigirá un nuevo enfoque que sirva de piedra angular tanto a las políticas de la UE como a las nacionales.

Las perspectivas sobre el medio ambiente y la sostenibilidad en Europa se ven influidas por múltiples factores, que generan nuevos riesgos y oportunidades. El mundo está cada vez más interconectado y los acontecimientos que tienen lugar en una parte del mundo pueden afectar a Europa. Lamentablemente, la crisis de la COVID-19 es un crudo recordatorio de que así es. Mientras cambia el papel de Europa en el escenario global, la UE tiene la oportunidad de reposicionarse frente a los inminentes retos medioambientales, de sostenibilidad y estratégicos y aprovechar las oportunidades que tiene por delante, hacia un futuro más sostenible.

El informe insta a los Estados a actuar y afirma que, no solo debemos actuar más, sino que también debemos actuar de modo diferente. Durante la próxima década, tanto el medio ambiente como el clima a escala mundial exigirán respuestas muy diferentes de las que hemos dado durante los últimos 40 años. El informe tiene por objeto informar sobre las políticas europeas hasta 2030, incluidas las trayectorias hasta 2050 y años posteriores.

Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la Agencia Europea de Medio Ambiente, afirma que la urgencia que lleva implícita el mensaje de necesidad de actuar no puede subestimarse.En este sentido, explica que solo durante los últimos 18 meses, diversos organismos internacionales han publicado importantes informes científicos de alcance global, transmitiendo en todos ellos mensajes similares: las trayectorias actuales son fundamentalmente insostenibles; estas trayectorias están interconectadas y vinculadas a nuestros principales sistemas de producción y consumo; y se está acabando el tiempo para encontrar respuestas creíbles capaces de invertir la tendencia.

En este sentido,el representante de la AEMA afirma que, el llamamiento a introducir transiciones sostenibles fundamentales en los sistemas centrales que configuran la economía europea y la vida social moderna, especialmente en la energía, la movilidad, la vivienda y los sistemas alimentarios, no es algo nuevo. De hecho, en los últimos años la UE ha incorporado esta reflexión a importantes iniciativas políticas, como los paquetes sobre economía circular y bioeconomía, las políticas en materia de clima y energía para 2030 y 2050, y su futuro programa de investigación e innovación, además, la iniciativa de finanzas sostenibles de la UE es la primera que plantea serias dudas sobre el papel del sistema financiero a la hora de impulsar el cambio necesario. No obstante, una cosa es cambiar la forma de pensar y otra materializar un cambio real. Bruyninckx sostiene que la atención debe centrarse ahora en la ampliación, la aceleración, la racionalización y la puesta en práctica de numerosas soluciones e innovaciones, tanto tecnológicas como sociales, que ya existen, al tiempo que se estimulan aún más la investigación y el desarrollo, catalizando los cambios de comportamiento y escuchando e implicando a los ciudadanos de forma activa.

Por otro lado, el informe remarca la importancia de no subestimar la dimensión social. Existen llamamientos sólidos y comprensibles a favor de una transición justa, en la que se atienda debidamente y se preste atención a los potenciales perdedores fruto de una economía hipocarbónica. Bruyninckx explica que los responsables políticos reconocen ya la distribución desigual de los costes y los beneficios derivados de los cambios sistémicos, pero ello a su vez requiere una fuerte comprensión, compromiso y respuestas eficaces por parte de los ciudadanos.

Asimismo, la publicación sostiene que es crucial no ignorar a la juventud europea, que con cada vez más fuerzas hace oír su voz pidiendo una respuesta más ambiciosa frente al cambio climático y la degradación del medio ambiente. Sobre esto, Bruyninckx expresó “si no conseguimos cambiar las tendencias actuales durante la próxima década, la sensación de temor que en ellos despierta el futuro está fundamentada.”

No caben dudas de que los retos medioambientales mundiales han aumentado en los últimos 50 años y que la geografía de la polución está cambiando en todo el planeta, como consecuencia del crecimiento económico y del cambio en el poder geopolítico, así como los crecientes niveles del consumo. Al mismo tiempo, el mundo está más interconectado que nunca mediante flujos de recursos, personas e información, lo que hace más difícil garantizar la gestión medioambiental a escala mundial.

Europa es cada vez más dependiente de los recursos clave y, al mismo tiempo, externaliza una parte importante de las presiones ejercidas sobre el medio ambiente. Las nuevas tecnologías conllevan tanto oportunidades como riesgos relacionados con la salud, el medio ambiente y el bienestar. Los valores, estilos de vida y estrategias de gobernanza están cambiando en todo el mundo. Mientras que el consumismo está creciendo, especialmente en los países emergentes, los diferentes sectores de la población están adoptando nuevas ideas y los ciudadanos cada vez exigen más medidas relacionadas con los retos medioambientales y de sostenibilidad, tanto en Europa, como en otros lugares.

Los funcionarios de la agencia europea, están convencidos de que el informe constituye una fuente sólida y oportuna de conocimientos capaz de orientar los debates sobre las futuras políticas de la UE en materia de clima y medio ambiente y contribuye a conformar las respuestas europeas a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Europa tiene la gran oportunidad de liderar la transición mundial hacia un entorno saludable en un mundo justo y sostenible. La idea de un Acuerdo Verde Europeo, destacada como la prioridad número uno en las directrices políticas de la próxima Comisión Europea 2019‑2024, alberga el potencial de ofrecer un marco de actuación excelente, que dé cabida a aquellos sistemas basados en el pensamiento e innovación necesarios para crear un futuro del que todos podamos sentirnos orgullosos.

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