Las grandes tensiones geopolíticas, la multipolaridad de los riesgos y la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) suponen tres grandes vectores de impacto que condicionan las prioridades estratégicas y de gestión de la agenda empresarial. Ante el contexto de incertidumbre en el que está sumergida la sociedad a escala global, la recuperación de la confianza se torna imprescindible para afianzar las relaciones entre grupos de interés y tejido empresarial. Un reto que, pese a no ser una tarea fácil, ya trabajan las organizaciones a través de la activación de distintas palancas que quedan enmarcadas bajo el prisma de la gestión estratégica de activos intangibles como la reputación, la marca, la sostenibilidad o el liderazgo responsable.