La Organización de las Naciones Unidas para las Migraciones reporta 441 muertes de migrantes en el Mediterráneo central en el primer trimestre de 2023, lo que lo convierte en el período más mortífero desde 2017. Los expertos denuncian que la falta de una respuesta efectiva por parte de los Estados y los obstáculos a las ONG y a las embarcaciones privadas agravan la situación.
Son las cifras del dolor y la vergüenza. Las cifras que nos muestran que hemos fracasado como humanidad. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde el año 2014, hay constancia de más de 29.000 muertes, aunque la cifra es probablemente mucho mayor dado las dificultades para documentar los llamados naufragios invisibles, aquellos en los que embarcaciones enteras se pierden en el mar sin que se lleve a cabo ninguna búsqueda y rescate. Los casos más difíciles de documentar son las muertes tras deportaciones.
Naciones Unidas recuerda a los responsables políticos su obligación de proteger a las personas migrantes después de su rescate en el mar. Se trata de una cuestión de Derechos Humanos fundamental: el compromiso proactivo de todos los Estados es primordial para crear condiciones que garanticen el respeto de los principios de derechos, incluido la prohibición de la devolución y la prevención de daños graves u otros riesgos.
Las cifras del dolor una vez más estremecen al mundo enero. Un nuevo informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados advierte que el año pasado más de 3.000 migrantes que emprendían su ruta rumbo a Europa murieron antes de llegar. Ante esta grave situación, el organismo solicita 163,5 millones de dólares para su Estrategia Actualizada de Reducción de Riesgos.
Según datos de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado), actualmente hay más de 45 millones de personas refugiadas, desplazadas y/o apátridas en el mundo. Situación que se ha visto agravada tras la irrupción de la pandemia. Detrás de las cifras hay personas que sufren y vidas que se pierden. El 20 de junio se conmemora el Día Internacional del Refugiado, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la solidaridad y la empatía.
A pesar de haber cumplido un rol central durante los meses más duros de la pandemia, la población migrante es discriminada y muchos sectores quieren negarles su derecho a ser vacunados. La discriminación y el egoísmo son la cara más cruel de nuestra sociedad. Ante esto Naciones Unidas llama a rechazar la xenofobia y a integrar a las y los migrantes en los planes nacionales de respuesta y recuperación de los países de cara a la nueva normalidad.
Ante el preocupante aumento de expulsiones y devoluciones de personas refugiadas y solicitantes de asilo en las diferentes fronteras europeas, la Agencia de la ONU para los Refugiados, hace un llamamiento a los Estados para que detengan e investiguen estas prácticas que no garantizan los Derechos Humanos de las personas.
Mientras que en 49 países de ingresos altos y medios se han distribuido 39 millones de dosis de vacunas, en solo un país de ingresos bajos apenas 25 personas han sido inmunizadas. Tener acceso a la vacuna debería ser un derecho y ante el egoísmo y la falta de empatía reinante, La OMS cuestiona el accionar de los países ricos y las farmacéuticas frente a la pandemia.
Alianza por la Solidaridad-Action Aid denuncia la falta de reconocimiento de las mujeres migrantes como sujetos políticos. La ONG afirma que sólo 2.862 mujeres negroafricanas consiguieron en 2018 un visado para viajar a nuestro país y de ellos únicamente 169 les permitían trabajar.
Los cuatro años de la administración Trump han sido trágicos para los Derechos Humanos. Con la victoria de Joe Biden y Kamala Harris, los expertos se plantean qué cambios sustantivos se avecinan para las políticas de Derechos Humanos de Estados Unidos, tanto a nivel mundial como nacional. Durante la presidencia de Donald Trump se llevaron a cabo importantes cambios que no sólo limitaron el papel de los EE.UU. en la protección de los derechos humanos globales, sino que también supusieron violaciones graves a los derechos humanos en el ámbito nacional.
El informe Groundswell - Preparación para la migración climática interna, publicado por el Banco Mundial, alerta de una posible crisis humanitaria y de una amenaza del proceso de desarrollo en el África Subsahariana, Asia Meridional y América Latina.
Según el análisis de Oxfam, Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido acogieron el pasado año a un total de 2,1 millones de refugiados y solicitantes de asilo, apenas el 8,8% de la población refugiada a nivel mundial
Parece que son sinónimos pero no. Los refugiados son personas que huyen de la guerra o persecución y han cruzado una frontera internacional, los migrantes – tal y como señala ACNUR- cuando los flujos son derivados de causas distintas a las del refugiado. Una vez hecha esta aclaración, ¿sabía que casi 50.000 personas tienen que abandonar a diario su casa? ¿Y que hay 125 millones de personas en el mundo con necesidad de ayuda humanitaria? ¿Y la causas de todo esto?