Solo en los últimos cinco años se han destinado más de mil millones de dólares para desarrollar la neurotecnología. Gracias al esfuerzo de cientos de investigadores, hoy estamos más cerca de crear un atlas tridimensional del cerebro humano. Y cada año sabemos más sobre las causas y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Sin duda, la neurociencia está a la vanguardia de la ciencia y la medicina. Cada día, sin embargo, miles de personas mueren porque no pueden recibir la asistencia neuroquirúrgica que necesitan. Las carencias en el acceso a tratamientos y cuidados neurológicos coexisten con desigualdades profundas. En más de 25 países, por ejemplo, todavía no ejerce ningún neurocirujano. Y solo en Japón hay más neurocirujanos trabajando que en toda África. Esta situación debe cambiar.