Se habla de habilidades y competencias; del apoyo a los empleados más vulnerables; de diversidad; de liderazgo transversal; del impacto de la transformación tecnológica en el bienestar social y el desarrollo económico. Se debate sobre nuevos modelos productivos, de nuevas profesiones. Se sobreentiende que formación y progreso van de la mano y se trabaja sobre ello en el mundo profesional, académico y universitario. ¿pero qué hay de todo ello en la enseñanza escolar?
En colegios FEC llevamos la atención a la persona en nuestro ADN. No en vano es el pilar de nuestra estrategia institucional desde hace más de 30 años. En nuestro Proyecto Educativo, así como en nuestra Estrategia definimos, mucho antes de que fueran tendencia, las líneas básicas de la acción educativa desde la perspectiva de la persona. Una propuesta que va mucho más allá de la definición de unos valores. Cuando decimos que “hacemos escuela, educamos personas”, lo hacemos desde el convencimiento de que nuestro compromiso supera lo académico.
¿Cómo lo hacemos? Hemos definido un perfil de salida del alumnado y un perfil de educador que, sobre la base de una adecuada gestión, puedan encontrar en los colegios de Fundación Educación Católica y en sus comunidades educativas un entorno seguro e inspirador en los que crecer para alcanzar la mejor versión de sí mismos.
Consideramos que en las personas que conforman nuestro equipo está nuestro principal valor como organización, pues ellos son el motor del cambio y por ello, es una prioridad estratégica para la Institución poder contar con los mejores educadores. A partir de ellos -de su pasión y entrega, que debe ir de la mano con la nuestra como Institución- y de su crecimiento -para lo cual contamos con un completo plan formativo que supone una inversión anual de más de 400.000€, 300 formaciones presenciales y online, 9.000 horas de aprendizaje- sabemos que podremos formar seres humanos equilibrados, comprometidos, competentes, agradecidos y libres, algo tan importante en el actual contexto de la hiperinfluencia.
La pandemia, y la posterior publicación de informes como el `Estado Mundial de la Infancia 2021 de Unicef’ ha puesto sobre la mesa la necesidad de llevar este cambio social también al mundo escolar. ¿No convendría que el desarrollo normativo de la LOMLOE tratara de algún modo esta demanda? El bienestar emocional como vector. Los Planes de Acción Tutorial como verdaderas hojas de ruta, tan importantes como los currículos académicos. La interioridad y espiritualidad -las grandes olvidadas- que deberían recuperar el peso que nunca debían haber perdido.
Personalmente, asumo la Presidencia del Patronato de Fundación Educación Católica con la satisfacción de hallarnos en el camino y con un compromiso claro: el de continuar trabajando para que los centros FEC lideren la educación desde una propuesta evangelizadora que vertebre un modelo pedagógico innovador, creativo y alegre para que el alumnado pueda encontrar su lugar en un mundo cada vez más justo, social y sostenible. Todo ello en la línea del Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco; un pacto que como institución de naturaleza católica suscribimos y que reafirma nuestro compromiso por favorecer una educación inclusiva, participativa, diversa, plural, ecológica y sostenible... deberes que están y estarán en la base de nuestra forma de hacer las cosas.
