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Circula desde hace días una porra digital entre los observadores que participan en la COP29 sobre el día y la hora de finalización de la cumbre. Aunque hoy se debería celebrar el plenario final, la sensación que hay en el ambiente es que el momento del acuerdo no ha llegado y que esto se va a alargar.
Recta final de la COP29 y un acuerdo que tarda en llegar

Están los previsores que ya lo tuvieron en cuenta y realizaron sus reservas de vuelta para el lunes 25. Otros se van mañana. En nuestro caso, ni una cosa ni la otra. Salimos de Bakú la madrugada del domingo. Ah, y mi respuesta ha sido el sábado a las 22:00h. Desde la COP1, en 1995, ha habido una tendencia a alargar las cumbres del clima. El pico llegó en el 2019, en Madrid, con 44 horas adicionales. La del año pasado, con 23 horas adicionales fue la más corta en los últimos 6 años.

Lo que no está claro es la funcionalidad de esta prórroga. Por un lado, genera una sensación de incapacidad para el consenso. Por otro, no deja de ser un modelo, entramos en la negociación por agotamiento, que no apela precisamente a la responsabilidad de las partes negociadoras. Y, en definitiva, da la sensación de que los procesos previos se alargan de manera injustificada porque cabe la posibilidad de dilatar el proceso más allá de la fecha límite previamente definida.

Yo prefiero pensar, en parte lo creo, que el retraso en el proceso precisamente busca preservarlo. Los países que quieren mantener el impulso de las acciones climáticas que mantengan el objetivo del 1,5 ˚C no lo tienen fácil. Son muchas las presiones para reducir la ambición y retrasar la implementación de medidas para, por ejemplo, eliminar progresivamente los combustibles fósiles como indica el Global Stocktake (GST) aprobado en la COP28.

Ayer por la mañana, cumpliendo el plazo previsto por la presidencia, se presentaron los textos del nuevo objetivo global de financiación (NCQG), del objetivo global de adaptación (GGA), de implementación del GST (Diálogo de los EAU con el resultado de Dubái), del programa de trabajo de mitigación y del programa de trabajo de transición justa. Parte del trabajo avanzaba, pero algunas cuestiones como cerrar el artículo 6 (del que ya hemos hablado) o el seguimiento del programa de trabajo de Lima sobre igualdad de género se quedaban atascadas.

Durante toda la jornada continúo el proceso de negociación. En privado y en público. En el plenario se pudieron ver y escuchar las posiciones de las partes, y los intereses de los que hemos venido hablando. Lo bueno del plenario es que no te puedes esconder y, aunque se matice el lenguaje de las intervenciones, quedan claras las posiciones.

Previamente, el secretario general de la NNUU, António Guterres, había reclamado a los países que cedieran en sus posiciones, en referencia a los que estaban obstruyendo los avances en la ambición climática, para alcanzar un acuerdo frente a “la devastación que el caos climático infringirá”.

Ha reclamado a los negociadores y a sus representantes políticos “intensificar sus esfuerzos, acelerar el ritmo y cumplir”. Aunque la referencia a la financiación sigue siendo una constante, también se ha colado en la cumbre la cuestión de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Son varios países los que están promoviendo ir hacia atrás en esta cuestión. Guterres, en referencia a esta cuestión, comentó que “está claro que la ciencia dice que no habrá forma de alcanzar los 1.5 grados como límite si no hay una eliminación progresiva de los combustibles fósiles, en el contexto de una transición justa”.

Nos fuimos del recinto sin conocer los nuevos textos, con una nota de la presidencia de la cumbre exponiendo que llegarían en la mañana de hoy. Veremos los avances en el día de hoy. En las cumbres puede ocurrir que todo se precipite y avance muy rápido. O, por el contrario, que se paralice por un matiz y se reabra el debate. Las agendas paralelas han finalizado, los pabellones de los países están cerrados, a la mayoría de las ruedas de prensa solo tiene acceso la periodista de nuestro equipo… Toca esperar acontecimientos, no podemos hacer otra cosa, y confiar en un acuerdo.

O sí. Siempre nos queda presionar en los pasillos a las delegaciones negociadoras participando en las diferentes movilizaciones que van a reclamar una agenda climática ambiciosa.

¡Vive la COP29 Bakú #DesdeDentro!

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