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En todas las cumbres del clima hay, al menos 3, una serie de círculos concéntricos que habitan la denominada zona azul o venue, es decir, el espacio de negociación al que solo puedes acceder acreditado a través del sistema de NNUU. En el círculo central, que es el nuclear, se encuentran las delegaciones de los países firmantes de la CMNUCC (197 países y la UE). Están constituidas por los representantes políticos y los funcionarios encargados de la negociación.
Los diferentes círculos de una cumbre del clima

A través del consenso son los que llegan a acuerdos para desarrollar el Acuerdo de París y asegurar que la temperatura a finales de siglo no sobrepase el límite del 1,5 º C respecto a los niveles preindustriales. En este círculo existen, a su vez, bloques como el G-77, la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) o los países menos adelantados (PMA) que buscan consensos específicos para conseguir posiciones más robustas en la negociación.

Pero, a su vez, este conjunto se divide en otro. Los países tienen la capacidad de incluir en sus delegaciones a las denominadas parties overflow, invitaciones en calidad de “asesores” de la delegación oficial. Cada país es soberano a la hora de elegir estas invitaciones vip. En Bakú, el récord de participantes lo tienen el país anfitrión, Azerbaiyán (con 2.229), Brasil que organiza la próxima cumbre (1.914) y Turquía (1.862).

De manera paralela a la negociación, en este espacio central también hay subconjuntos en los que grupos de países se ponen de acuerdo públicamente impulsando una iniciativa concreta para frenar el cambio climático (desde la cumbre del 2021 celebrada en Glasgow se han presentado más de 100 iniciativas), fuera del paquete de negociación. De alguna manera, permite presionar al proceso formal lanzando un mensaje sobre las posiciones concretas de los países. Por ejemplo, el sábado Colombia hizo balance sobre el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles que reúne a 120 administraciones públicas.

El color rosa de su acreditación abre las puertas de todos los espacios de negociación. Salvo que seas party overflow, ya que la participación se asimila a la de observador y no tiene preferencia en algunas sesiones. En la práctica, el color manda cuando vas corriendo de un espacio a otro, lo que permite que muchos “asesores” se sienten en las mesas de negociación.

En el segundo círculo están los observadores. Está compuesto por el sistema de las NNUU y sus organismos especializados, las organizaciones intergubernamentales (OIG) y las organizaciones no gubernamentales. En este último grupo se concentra gran parte de los actores no estales: empresariales e industriales, ambientales, productores agrícolas, los pueblos indígenas, las administraciones regionales y municipales, la ciencia, las organizaciones sindicales, las defensoras de los derechos de las mujeres y de género, los jóvenes, la infancia, las religiones.... En total, alrededor de 4.000 organizaciones han podido registrarse para asistir a la COP 29. El color de la acreditación amarilla te diferencia del primer círculo, lo que te cierra puertas en algunos de los espacios de negociación.

Además de realizar el seguimiento de las negociaciones, presentan sus propias acciones, aislados o cooperando en alianzas con otros socios, debaten en los diversos actos unas u otras temáticas. Están en contacto, de manera oficial o por los pasillos, con los delegados del primer círculo, conversan entre ellos, buscan alianzas, explican ideas a periodistas, “pasillean” para hacer nuevos contactos… Para promover acciones concretas a favor de la ambición climática o, al contrario, para frenarla.

Y en el tercer círculo, se encuentran los medios de comunicación. Grandes aliados de los círculos anteriores. Para lo bueno y para lo malo. Amplificando mensajes, criticando los procesos, generando opinión sobre lo que ocurre en la cumbre.

El marrón de sus acreditaciones es un color comodín, que permite acceder a todos los espacios, incluidas las ruedas de prensa cerradas para los observadores. Pero este año, se están realizando diversas reuniones con acceso restringido para prensa. Solo hay que escuchar las referencias a la prensa en las declaraciones de la inauguración de la cumbre para entender la situación.

Se ha cerrado la primera fase de negociación. Ahora llega el momento de los jefes de delegación representados habitualmente por la máxima responsabilidad de las carteras de medio ambiente.

Y todo indica que queda mucho trabajo por hacer en la parte política si se quiere salir con acuerdos consolidados de la COP29. Espero que hayan tomado fuerzas en el día de descanso.

¡Vive la COP29 Bakú #DesdeDentro!

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OpiniónCOP29

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