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Abordamos en esta ocasión el modelo de los diez elementos clave de los sistemas maduros basado en la clasificación de Janine Benyus, ampliado y adecuado al mundo de la gestión corporativa. Siguiendo sus consejos, no miramos a la naturaleza para extraer sus frutos, manipularla, “mejorarla” o transformarla de mil modos distintos, sino para aprender a comportarnos como ella, porque somos parte de la propia naturaleza.

El punto 1 se resume así:  la naturaleza emplea los desechos como recurso.

En la Tierra existen numerosos organismos que se alimentan de desechos de otros (como buitres o hienas), y ecosistemas de organismos que descomponen la materia orgánica compleja y las moléculas en moléculas más pequeñas que pueden ser usadas y reensambladas en materiales completamente nuevos. Por ejemplo, en los sedimentos existen diversos tipos de bacterias que se desarrollan y dependen del tipo de compuesto orgánico de su entorno, llevando su nivel de especialización a degradar la materia orgánica y favorecer de esta forma la fertilización de dichos sedimentos (Bohórquez).[1]

Podemos también mirar a animales que tenemos más a mano, como las aves:  son maestras en el arte de fabricar nidos, y pueden usar para ello hierbas, ramas, plumas, musgo, líquenes, algodón, lana, pelo, barro…

En este artículo vamos a fijarnos en las cigüeñas. Lo primero que llama la atención de un nido de cigüeñas es su dimensión, que puede en algunas ocasiones superar los 3 metros de altura; en segundo término, que utilizan el mismo nido año tras año, limitándose cada año a reparar los desperfectos que haya sufrido durante el invierno; y en tercer lugar, que a falta de ramas o material adecuado en su entorno, son capaces de incorporar tela, trozos de neumático o diversos desechos que encuentren en las inmediaciones (véase la imagen).

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(Imagen de Nasalune-FcK en Pixabay)

  • Que el nido sea de grandes proporciones dice mucho de la capacidad de la cigüeña para calcular el espacio que necesitará la familia (podríamos darle un aprobado);
  • que utilice el mismo nido todos los años limitándose a reparar desperfectos es un paso más, puesto que el animal parte de la base de que lo que sirve se reutiliza en vez de desecharlo y comenzar de nuevo. (Esto ya es de notable, porque ahorra material, horas de trabajo y esfuerzos consiguiendo a la vez el objetivo);
  • que utilice cualquier cosa útil a su alcance es para ponerle sobresaliente; ¿para qué realizar grandes vuelos, con su correspondiente derroche de tiempo y energía, si se puede utilizar algo que está a mano? (Otra cosa muy distinta, y que merece capítulo aparte, es que una cigüeña tenga que contentarse con telas y plásticos que hemos ido nosotros tirando por doquier).

En el mundo de las organizaciones contamos con numerosas empresas que se ajustan a este principio fabricando productos a partir de desechos.  Uno conocido es Ecoalf, que entre otras cosas colabora con pescadores para extraer plásticos del mar que luego convierte en prendas de ropa.  Otro ejemplo es la experiencia de una isla caribeña que nos cuenta Monica Pelliccia

Este principio también se puede aplicar al mundo de la gestión, que es lo que nos ocupa ahora.  En el ámbito de las organizaciones, el movimiento de la Economía Circular presenta la producción como un flujo cíclico, que implica extraer, transformar, distribuir, usar y recuperar los materiales y la energía de productos y servicios. Puedes leer un buen resumen en Prieto-Sandoval et al. [2] .  Tal como argumenta la FEC[3], se trata de “producir recursos, no residuos”.  Puedes leer un interesante artículo de Kari Herlevi y Tim Forslund  sobre la experiencia de Finlandia.

La Economía Circular tiene como leitmotiv mantener la utilidad de los productos, componentes y materiales y conservar su valor; como fines, la optimización del desarrollo y la mejora económica; como medios, reparar, reciclar, neutralizar y refabricar; y respecto a personas, especialización en gestión de procesos y estudio de materiales.

Todo esto – y bastantes cosas más – podemos aprender mirando cuidadosamente a las cigüeñas… y a la naturaleza en general.  Y solo hemos hablado del punto 1 de los sistemas maduros de Benyus, nos quedan 9 más que esperamos te interesen. Hasta el próximo artículo. ?

 

[1] Bohórquez et al.: Mass & secondary structure propensity of amino acids explain their mutability and evolutionary replacements. Sci. Rep. 2017, 7, doi:10.1038/s41598-017-08041-7.

[2] Prieto Sandoval et al.: Economía Circular: Relación con la evolución del concepto de sostenibilidad y estrategias para su implantación.  Mem. Investig. en Ing. 2017, 15, 85-95.

[3] FEC, Fundación Economía Circular

 

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