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Pautas para elaborar un Plan de Acción para afrontar el COVID-19, de manera socialmente responsable.

COVID-19, la prueba del algodón de los valores corporativos

El COVID-19 se ha convertido en la prueba del algodón de los valores corporativos. ¿Estamos liderando o nos dejamos arrastrar? ¿Nuestros valores guían nuestras decisiones, o aquellos valores que quedaban bien en nuestras presentaciones, eran sólo palabras bonitas? Lo que estamos viviendo estos días es una recopilación de ejemplos de buenas prácticas, por un lado, y de pésima gestión por otro.

No veo término intermedio. Y así es. Hay líderes o no. Y es en situaciones de crisis cuando se demuestra el liderazgo. Una de las principales promotoras de España manda a teletrabajar a su C-Suite, y mantiene en oficinas y puntos de venta al resto de plantilla. ¿Estáis tontos? ¿Entendéis el mensaje que estáis mandando al 90% de vuestro equipo? Una empresa pública con más de 1000 emplead@s, tarda 4 días en reaccionar a la crisis. Reacciona cuando se confirman casos de contagio. Bravo.

Muchas de las empresas, silencio administrativo y aquí no pasa nada. La típica técnica del avestruz que tan bien funciona. Una de las principales instituciones universitarias con capacidad para ofrecer formación online, ahí está, mandando correos vacíos de contenido. Mejor haced el avestruz. Actuaciones que sólo hacen que alimentar el desconcierto y el miedo al qué pasará.

Por otro lado, buenas prácticas. Iniciativas responsables, creativas, solidarias.Una PIME que trabaja para una gran corporación que ha decidido no parar. En un día, el CEO se reúne por videoconferencia con todos sus trabajadores, en llamadas en grupos de cuatro, para explicar la situación y asumir la responsabilidad de la decisión. Otra, que decide ofrecer voluntariado de sus informáticos para ayudar a las PIMES en el teletrabajo.  Empresas que están donando alimentos y productos para aliviar la situación de las personas más vulnerables. Mucha responsabilidad y solidaridad de diversas formas. Los valores deben ser nuestra brújula en cualquier situación. No sólo para cuando van bien dadas.

Si hablamos de integridad, ver si de verdad estamos haciendo las cosas como se espera que las hagamos. Si hablamos de nuestro equipo, ver si de verdad estamos dando prioridad al equipo o priman otros intereses. Si hablamos de innovación ver cómo estamos adaptándonos a la nueva situación.

Actuar con responsabilidad social, ahora más que nunca

El cómo actuemos durante estas semanas, determinará cómo saldremos de la crisis. Cómo nos comportemos, determinará quiénes seremos en el futuro. ¿Generaremos confianza o crearemos desbandada a nuestro alrededor? Y esto se aplica a nivel individual y obviamente a nivel corporativo.

¿Ganaremos o perderemos trabajadores, proveedores y clientes? ¿Los trabajador@s se sienten protegidos? ¿Los proveedores se sienten apoyados? ¿Los clientes se sienten informados?

 Preguntas básicas que debemos hacernos

A veces las decisiones más complejas, se simplifican cuando nos hacemos preguntas básicas. 3 preguntas que pueden ayudarnos en la toma de decisiones:

 1. ¿Estoy haciendo lo correcto?

La situación que vivimos es el mejor curso acelerado de ética aplicada que pueda imaginar.Las decisiones no son fáciles, y se tienen que tomar deprisa. No tenemos toda la información, no tenemos tiempo para analizar posibles consecuencias… pero o decidimos, o la situación decide por nosotros. No hay blancos ni negros, pero sí líneas rojas. Una manera fácil de limitar esa línea roja es imaginar nuestra decisión en los titulares de las noticias de mañana.Si se nos pone la piel de gallina, claramente, la decisión no es la correcta, aunque financieramente sea la más adecuada…

2. ¿Estoy siendo transparente?

Preguntarnos si estamos ofreciendo la suficiente información a las personas que pueden afectadas por nuestras decisiones.Aunque pueda parecer que mantener en secreto nos da tiempo para actuar, no decir la verdad, o sólo parte de ella, puede afectar de manera catastrófica a nuestra futura reputación. Mostrar la situación de vulnerabilidad en la que nos hallamos, puede resultar en recibir ayuda de manera que no hayamos imaginado.

3. ¿Estoy tomando decisiones de manera conjunta? 

Ante esta situación que nos afecta a tod@s, tomar las decisiones sin tener en cuenta a las personas afectadas, es el peor de los errores. Implicar a tod@s para llegar a soluciones consensuadas y creativas que de verdad satisfagan las necesidades de tod@s.

Plan de Acción Responsable COVID-19

Basado en estos tres valores de Ética, Transparencia y Participación, debemos elaborar un Plan de Acción.

Un simple documento por escrito, no hace falta pasarnos días. Un par de horas es suficiente para plasmarlo todo. Establecer indicadores de seguimiento, dónde se determinen los siguientes aspectos:

1.       Actuar hoy y dar ejemplo. Sólo las decisiones que se toman en el momento oportuno son las necesarias. Haz lo que yo haga.

2.       Crear un equipo de crisis con los principales responsables de las áreas operacionales y representantes de la plantilla. Esto es importante también para empresas pequeñas y microempresas.

3.       Elaborar un protocolo escrito en el que nos comprometemos a cómo actuar en esta crisis.

4.       Comunicar el protocolo a todos nuestros grupos de interés, para estar todos alineados y poder actuar al unísono.

5.       Planificar qué acciones vamos a llevar Salud y Seguridad de la plantilla y de los clientes, en los distintos escenarios. Cuanto más detallado consigamos hacerlo, más fácil será su cumplimiento.

6.       Conocimiento de la situación de nuestra cadena de suministro, en especial de los proveedores 1st-tier. Colaborar en la medida de lo posible para mitigar su riesgo, asegurar la eficiencia en la logística y analizar su capacidad de suministro a dos o tres meses vista.

7.       Implicación de los clientes. Establecer línea de comunicación lo más amplia posible, para mantener informados a los clientes en todo momento. Qué estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo y cuáles son los datos cuantitativos de la situación.

8.       Analizar los distintos escenarios financieros, para poder responder a la situación. Obtener datos fiables, para disponer de la máxima información para la toma de decisiones.

Quizás mañana amanezcamos con un escenario que requiera de distintas acciones, así que, recordar que… ¡Los planes están para cambiarlos!

En este artículo se habla de:
OpinióncrisisCovid19Gestión de crisis

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