Es muy fácil hacer comentarios a posteriori, sin embargo, el asunto de VW debería hacernos reflexionar, a todos los que estamos en el mundillo de la RSE, sobre la importancia y el rol del aseguramiento de las memorias de sostenibilidad.
VW publicó su Informe de Sostenibilidad, Sustainability Report 2014, en abril 2015. El documento fue sometido a una verificación independiente, realizada por una muy reconocida firma de auditores financieros. Sin embargo, cuando se lee en detalle en que consistió su trabajo, se observa que distó mucho de ser un proceso de aseguramiento propiamente dicho, tal como define la norma AA1000AS, y resultó ser poco más que una comprobación superficial de algunas informaciones incluidas en el informe.
Si dejar de lado que, sin duda, la responsabilidad es de la dirección de VW, el hecho de que GRI se haya resistido durante 20 años a definir claramente lo que se puede considerar un proceso de aseguramiento, lo involucra de forma involuntaria.
Obviamente, una empresa que, supuestamente con premeditación, está infringiendo las leyes va a evitar declararlo públicamente, máxime cuando además de incumplir los límites legales de emisiones, ha desarrollado un software con el propósito de engañar al sistema. Es difícil que un proceso de aseguramiento hubiera podido detectarlo, pero se lo habría puesto más complicado. La razón es que un proceso de aseguramiento debe revisar si una organización tiene en situ sistemas y procedimientos para evitar los fraudes, y tiene que formar una opinión sobre ellos y cómo pueden mejorarse. Éste es el valor de un aseguramiento, y creo que aquellos directivos comprometidos con la sostenibilidad tendrían que ser los primeros interesados en saberlo.
Es necesario, por tanto, que GRI lo tenga claro. De esta forma sería un poco más difícil que los que quieran situarse al margen de la ley escondan malas prácticas fuera de sus memorias. Con un verdadero aseguramiento las memorias dejarían de ser cuentos y se convertirían en una demostración real del compromiso con la sostenibilidad, que a fin de cuentas es uno de los propósitos de la guía G4.
Una buena parte de la solución sería que GRI aclarara, de una vez por todas, lo que debe ser considerado un proceso de aseguramiento de una memoria de sostenibilidad, porque la ambigüedad forma parte del problema.
*El artículo al que se hace referencia al comienzo es éste