
Más del 80% del comercio internacional se transporta por vía marítima, lo que convierte a los océanos en la columna vertebral del sistema económico mundial. Pero además de su papel logístico, los mares son fuente de alimentos, empleo y biodiversidad, y actúan como reguladores del clima en plena crisis climática.
Sin embargo, la Organización Marítima Internacional (OMI) advierte de que los océanos están cada vez más amenazados por la contaminación, la sobreexplotación pesquera y los efectos del calentamiento global. Protegerlos es una obligación compartida que trasciende fronteras y sectores, porque de su salud depende directamente el futuro de la humanidad.
El sector naviero, responsable de movilizar la mayor parte del comercio mundial, se enfrenta al reto de avanzar hacia un modelo más sostenible. La OMI trabaja con sus 176 Estados miembros para que el transporte marítimo alcance emisiones netas cero antes de 2050, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el ODS 14, centrado en la vida submarina.
En paralelo, se están impulsando acuerdos clave a nivel internacional, como el tratado de la ONU para frenar la contaminación por plásticos y el acuerdo para proteger la biodiversidad marina en aguas internacionales, además de la Tercera Conferencia de los Océanos, que se celebrará en junio de 2025.
Aunque gran parte de la acción depende de gobiernos y empresas, la ciudadanía también puede contribuir con gestos cotidianos:
Desde su fundación en 1948, la OMI ha establecido normas internacionales para garantizar la seguridad marítima y la protección del entorno marino. Hoy, en un mundo globalizado y en plena emergencia climática, la celebración del Día Marítimo Mundial nos recuerda que cuidar los océanos es una responsabilidad compartida y, al mismo tiempo, una gran oportunidad para construir un futuro más sostenible.